Hace muchos años, las ferias americanas, fueron el puntapié inicial de una movida cuya intención, era dar una segunda vida a la ropa, calzado y otras prendas. Sin embargo, en los últimos años, las ferias se diversificaron y ofrecen gran cantidad de productos, elaboraciones y artesanías, realizadas por emprendedores familiares.
Muchas de las ferias y sus productores, conformaron en los últimos años, el circuito de lo que se denomina la “economía social”, un espacio de encuentro, cara a cara, entre productores y consumidores.
Así, las ferias, se convirtieron en un atractivo paseo familiar y en muchas ocasiones, proponen música en vivo o espectáculos infantiles, para las personas y familias que van a recorrerlas.
Incluso, en la capital entrerriana, hay experiencias en la que los feriantes, lograron agruparse en una asociación civil y obtener su personería jurídica. Tal, es el caso de la Asociación Civil Feriantes Unidos de Plaza Francisco Ramírez, quienes también, implementaron la modalidad de hacer trueques y remates entre sus integrantes.
Otro nuevo movimiento que se generó de manera paralela a las ferias, tomó fuerza durante la pandemia, y en la actualidad, se denomina, la Moda Circular. Se trata de un circuito de reacondicionamiento de las prendas usadas, con el objetivo de volver a comercializarlas a bajos precios y cuidar el medioambiente.
La premisa de la moda circular, es, mantener, las prendas, calzados y vestimenta en circulación y en uso, la mayor cantidad de tiempo posible, para cuidar el medioambiente. El concepto y objetivo de la Moda circular, se puede resumir en “Reducir, Reciclar y Reusar” para lograr el menor impacto en el medio ambiente.
Este tipo de circuito secundario de prendas, también logró diversificarse. Hay moda circular de prendas populares y Moda Circular de reconocidas marcas. Incluso, también se pueden encontrar ferias circulares de vestimentas para bebés y niños.
Vottero: “La idea nació en plena pandemia con amigas que se convirtieron en socias”
El tema fue debatido en El Ventilador, programa que se emite por Elonce. En ese sentido, Nadia Vottero, dueña de tienda ECA Chic, manifestó: “La idea nació en plena pandemia con amigas que se convirtieron en socias, donde teníamos la necesidad de estar en movimiento y de hacer algo, buscando la alternativa económica, así como también poder trabajar”.
“En ese momento, estábamos todos encerrados y nos empezamos a contactar, de esa manera surgió la idea. Cuando se flexibilizo, empezamos a recopilar un poco de prenda, tanto nuestra como de gente amiga y conocidas. Me acuerdo que las primeras visitas al local pequeño que teníamos era con turno, donde nos escribían por WhatsApp”, agregó.
“Tenemos proveedoras que nos llevan el lote de prendas que quieren vender y el dinero es para ellas, donde hacemos como intermediarios ofreciendo lo que van trayendo. Cuando hay un excedente de zapatos o ropa, debido a la temporada que va cambiando y no se vende, hacemos diferentes donaciones”, indicó.
“Siempre invitamos a las proveedoras, quienes asisten con todo su lote de prendas, y seleccionamos aquellas ropas que están en condiciones de ser revendido. Lo interesante es que este tipo de nueva modalidad del mundo, que emergió de diferentes formas deja entrever que algo producido, antes se pensaba en tirarlo y hoy vuelve a ser materia prima para otro nuevo proceso, desde la dimensión que uno lo tome, ya que puede ser comercial o cooperativo. Podemos resignificar a la ropa usada desde muchos lugares”, sostuvo.
“En la tienda encontraras desde un jean de moda que lo compraron por Internet con etiqueta, hasta un saco vintage que no lo quieren porque es una prenda icónica que la quieren reversionar”, comentó.
“Me parece que podemos cambiar esta rivalidad por una alianza y pensar que son dos públicos diferentes los que consumen y dos formas distintas de vender”, se refirió sobre “Las Pulgas”.
“Nos encontramos en la ex Fábrica de Portland, donde trabajamos jueves y viernes durante la tarde, mientras que el sábado por la mañana. Logramos coordinar toda la dinámica en esos tres días y pactamos la actividad”, cerró.
Rodríguez: La feria “surgió hace 14 años”
Javier Rodríguez, coordinador de “Feriantes Unidos de la Escuela Hogar”, por su parte, expresó: “Surgió hace 14 años, primeramente, en la plaza Ramírez, ubicado en la intersección de calles Soler y Almirante Brown. El día sábado, donde fue la última vez que hicimos el censo, había 400 puestos y no quedaba nada de lugar”.
“Con el tema de la pandemia nos prohibieron ocupar el espacio y por tal motivo nos armamos un grupo de feriantes debido a la necesidad, ya que hay mucha gente que tanto el sábado como el domingo no tienen trabajo y es el medio de sustento para todo el fin de semana”, añadió.
“Nos juntamos en la casa de una de las feriantes y armamos un grupo, con las personas que más necesitaban poder desarrollar la feria, donde presentamos en la parte de habilitaciones de la Municipalidad de Paraná”, aseguró.
“A través de varias reuniones que tuvimos con Guillermo Comas Cansio, nos habilitó en la parte de Vialidad para 80 puestos y, de esta manera, se empezó a desarrollar hasta que terminó la pandemia. Después se desbordo más porque ya no se podían ocupar las plazas y junto a Fátima Almeri, quien es coordinadora, presentamos un lugar donde nos puedan trasladar”, contó.
“Cuando estábamos en calle López y Planes, la necesidad del traslado que pedimos era por el malestar de los vecinos, debido a que alguno paraba con una moto o con un auto y no podían estacionar”, afirmó.
“Nuestra agrupación se llama ‘Feriantes Unidos de la Escuela Hogar’, donde somos 130 feriantes. La institución cuando nos presta el espacio físico es para una cierta cantidad de puestos que actualmente se encuentra sobrepasado”, indicó.
“Tenemos un grupo de WhatsApp donde nos avisan los feriantes que tal día no pueden asistir y le damos la posibilidad a otra persona para que pueda ir. Hay gente de control urbano o feria, con quien uno habla y lo puede ubicar momentáneamente”, acotó.
“Nos encontramos sábados y domingos desde las 10 hasta las 18 horas. A veces tenes algo que queres vender o hay alguna persona que no tiene ese dinero e intercambias por algo que tiene esa persona en el puesto”, concluyó.
La opinión de los panelistas
Yohana Fucks, opinó: “Estoy vestida por Margarita Feria Americana, quien está hace siete años en vigencia, y tiene esta idea de moda sustentable, donde tengo el gusto de ser clienta. Es una muestra de que, en este tipo de tiendas, se pueden encontrar muy buenos productos en los diferentes puestos”.
“Otra cosa que se ve en la feria, es que la ropa no tiene género, es decir, vi muchas chicas que llevaron prendas que son culturalmente de hombres o viceversa, porque en la vestimenta o en el outfit quedan bien y no hay tanta diferencia”, remarcó.
Por su parte, Antonia Rodríguez, comentó: “La moda circular es una cuestión centenial que también se puso de moda por una cuestión ecológica y también de conseguir prendas vintage, es decir, ropas que parezcan heredadas. Por ejemplo, compre un saco en Emaús, el cual es soñado y me salió $1.000 en aquel momento”.
“El Fast Fashion es moda rápida que tuvo su gran auge, aproximadamente, en el 2008 donde empezaron a ver muchas cadenas de ropa parecida o similar. En la actualidad, a niveles internacionales y a gran escala, hay muchas fábricas en China, principalmente, que se dedican al Ultra Fast Fashion y esto genera un problema de contaminación porque es prenda descartable”, señaló.
Mientras que, María Laura “Cata” Álvarez, dijo: “La onda para vestirse hoy es muy loca y linda, la cual me gusta y me encanta ver a las personas que se animan a usarla. Algo que tiene de bueno la feria es la variedad”.
Beto Magliochini, en tanto, sostuvo: “Noté la evolución de los emprendedores que empiezan siendo un pequeño vendedor y, a través del tiempo, se van agrandando porque su producto es bueno. El apoyo de la gente es clave en todos los casos, así como también, la necesidad de que las personas participen en este tipo de actividades y se sumen a consumir”.
Finalmente, Analía Varela, indicó: “Me parece genial lo de la moda circular. Quizás esta crisis puede ser un buen momento para que podamos conversar estas cosas de una manera más profunda y entendamos que hay cosas que no necesitamos reciclar todos los años”.