La Sinfónica de Entre Ríos presentó el pasado sábado 7 de junio, a las 20 horas, su octavo concierto de la temporada 2025 en el Centro Provincial de Convenciones (San Martín 15, Paraná). Con entrada libre y gratuita, el evento reunió a una gran audiencia que disfrutó de un repertorio de excelencia, protagonizado por la Sinfonía No. 40 de Mozart y la Sinfonía No. 5 de Shostakovich.

La orquesta, dirigida por su director artístico Luis Gorelik, ofreció una interpretación precisa y conmovedora de estas obras emblemáticas. La velada fue organizada por la Secretaría de Cultura de la provincia y contó con el auspicio de Iapser Seguros, en el marco de la programación oficial del ciclo 2025.

En cuanto a la propuesta, combinó dos sinfonías icónicas de diferentes épocas, permitiendo al público transitar desde el clasicismo vienés de Mozart hasta las complejidades políticas y emocionales del siglo XX soviético, en una noche de contrastes y emociones intensas.

Mozart: pasión, equilibrio y modernidad

La interpretación de la Sinfonía No. 40 en Sol menor, compuesta por Wolfgang Amadeus Mozart en 1788, fue uno de los momentos más destacados del concierto. Esta obra, de una profundidad emocional notable, fue presentada en su versión ampliada con clarinetes, tal como la dirigió Antonio Salieri en 1791.

La orquesta logró captar la urgencia del primer movimiento, con su famoso motivo inicial de cuerdas, y mantuvo la tensión dramática en todo el desarrollo. El Andante mostró un delicado equilibrio entre lirismo y melancolía, mientras que el Minueto, con su estructura en modo menor, agregó un carácter sombrío que contrastó con el enérgico final.

Se observó que la ejecución fue recibida con una ovación por parte del público, que reconoció tanto la sensibilidad interpretativa como el rigor técnico de los músicos bajo la dirección de Gorelik.

Shostakovich y su mensaje entre líneas

La segunda parte del concierto estuvo dedicada a la Sinfonía No. 5 de Dmitri Shostakovich, una obra compuesta en 1937 como respuesta a las críticas del régimen de Stalin. Aunque en apariencia transmite un mensaje triunfal, numerosos estudios coinciden en que su autor incluyó un mensaje satírico y crítico hacia el autoritarismo soviético.

La Sinfónica de Entre Ríos logró una ejecución poderosa, destacando los contrastes de tempo y textura que caracterizan a la obra. El tercer movimiento, con su escritura intensa para cuerdas, generó un silencio respetuoso en la sala, mientras que el final, con metales y percusión, despertó emociones encontradas entre solemnidad y euforia.

El público respondió con un aplauso prolongado, valorando no solo la calidad musical del ensamble, sino también la profundidad histórica y simbólica del repertorio elegido para esta función.