La competencia de Intertribus 2025 en la escuela Virgen de la Medalla Milagrosa se vivió con gran entusiasmo y emoción. El evento, que involucró a estudiantes de todos los años, se convirtió en una tradición que unió a toda la comunidad educativa, desde los más pequeños hasta los alumnos de sexto año. El patio de la escuela se llenó de familias, amigos y docentes que no quisieron perderse esta jornada tan especial.

"Fue muy lindo vivir esta experiencia con mis compañeros, es algo que queda de generación en generación", expresó una de las estudiantes, destacando lo que significó este evento en su vida escolar. Con mucha pasión, los chicos vivieron ese día como uno de los momentos más esperados del año, especialmente porque, para muchos, fue su último año participando. "Este fue nuestro anteúltimo año, ya casi nos queda poco para disfrutar esto", mencionó otra de las estudiantes, visiblemente emocionada.

Preparativos intensos y la emoción de los participantes

Los estudiantes se prepararon con meses de anticipación para los diferentes desafíos que propuso la Intertribus: juegos deportivos, desafíos de ingenio y, por supuesto, el tradicional baile. "Con mucho tiempo de anticipación, nervios, ensayos, días sin comer porque nos quedamos en la escuela muchas horas pasando calor, pero siempre dando lo mejor", explicó una de las participantes sobre la intensidad de los preparativos.

La competencia estuvo dividida en dos grandes tribus: Charrúa y Guaraní, y los estudiantes compitieron en diferentes disciplinas, con una gran carga emocional en cada uno de los eventos. "Ahora nos tocaba bailar a nosotros", dijo otra de las estudiantes, ya lista para subirse al escenario. El evento culminó con los bailes, que fueron los momentos más esperados por todos, y este año, Charrúa y Guaraní se disputaron la gloria con entusiasmo.

La Intertribus como un evento que va más allá de la competencia

La edición de ese año fue un reflejo del espíritu de camaradería y unión entre los estudiantes. Desde los más pequeños, como Mateo, quien con apenas 12 años ya se encontraba alentando a su tribu, hasta los más grandes, como Santiago, que vivió su última Intertribus, todos coincidieron en lo mismo: "Lo que más me gusta de la escuela es esto, el compartir, el disfrutar", destacó Santiago, un alumno de sexto año, quien vivió ese evento con especial emoción al ser su última participación.

El ambiente en el evento fue vibrante, con estudiantes de todas las edades saltando, cantando y alentando a sus compañeros. "Ver a los más chiquititos disfrutando fue lo mejor", comentó Delfina, quien participó del evento y compartió su alegría por la participación activa de los más pequeños. Con una mezcla de baile, música, y una competencia sana, la Intertribus 2025 dejó en todos los presentes recuerdos imborrables.