Sociedad

Fue atropellada hace 90 días, perdió la movilidad del brazo y suplica celeridad para ser operada

Una vecina de Rosario del Tala, fue embestida por un vehículo y sufrió una fractura grave en la muñeca. Lleva casi tres meses sin poder operarse y, por la lesión, ni siquiera puede firmar. Reclama respuestas urgentes de la aseguradora y la Justicia.

7 de Agosto de 2025
ue atropellada hace 90 días, perdió la movilidad del brazo y suplica celeridad para ser operada

Iris Sandra Rodríguez, una mujer de Rosario del Tala, atraviesa un difícil momento desde que el pasado 9 de mayo fue embestida por un vehículo, accidente que le provocó una grave fractura con desplazamiento en su muñeca derecha. A raíz de esa lesión, perdió la movilidad de su brazo y enfrenta un panorama médico crítico: si no es operada con urgencia, corre el riesgo de perderla para siempre.

 

A pesar del paso del tiempo y de las gestiones realizadas por su entorno, ni la aseguradora ni la Justicia le dieron una respuesta concreta. El vehículo que la atropelló está asegurado por la firma Seguros Bernardino Rivadavia Coop. Ltda., pero la empresa no autorizó aún la cirugía, situación que derivó en "un reclamo al Juzgado Civil y Comercial de Rosario del Tala, a cargo del Juez Octavio Vergara".

 

 

La mujer explicó que ha entregado todos los elementos necesarios: estudios médicos, informes clínicos, dictámenes y cartas documento. Sin embargo, no ha recibido ninguna resolución concreta que obligue a la aseguradora a autorizar la intervención. “A pesar del riesgo de un daño permanente, mi situación se agrava día a día y sigo sin poder operarme”, lamentó.

 

Su abogado patrocinante, el doctor Lucio Hernán Salisky, subrayó que “debe priorizarse el derecho a la salud por sobre las dilaciones procesales”, y se solicitó que se tomen medidas urgentes para evitar un perjuicio irreparable.

Fue atropellada hace 90 días, perdió la movilidad del brazo y suplica celeridad para ser operada

“Lo que estoy viviendo refleja una profunda falta de humanidad por parte de la Justicia, o al menos de este juez”, expresó Iris, dolida por el silencio institucional. También señaló que la respuesta de la aseguradora ha sido igual de insensible: “No hay ninguna respuesta efectiva ante una urgencia médica que está amparada por la ley”.

 

“¿Si fuera un familiar suyo hería lo mismo?”

Sin perder la calma, pero con firmeza, Iris lanzó una reflexión que conmueve: “Me pregunto si el señor juez, el gerente de la compañía de seguros o cualquier persona de sus familias estuvieran por perder la movilidad del brazo que usan para trabajar, ¿se tomarían todo el tiempo del mundo como lo están haciendo conmigo?”.

 

A lo largo de estas semanas ha debido encontrar maneras de sortear la discapacidad que atraviesa. “No puedo ni siquiera firmar”, explicó, y por eso dejó asentado que lo hará con una “X”, acompañada de una videograbación que respalde su identidad como víctima.

 

Un llamado a la humanidad

La mujer decidió hacer pública su historia como último recurso: “En medio de este padecimiento, lo único que me queda es darlo a conocer”. No busca confrontar ni herir a nadie, pero siente que el tiempo, lejos de sanar, está empeorando su condición.

 

“Voy a agradecer de corazón —toda mi vida— al medio que tenga el coraje de publicar mi caso”, concluyó. Su testimonio pone en evidencia la urgencia de una respuesta médica, judicial y humana, antes de que sea demasiado tarde.

Rosario del Tala