Locatelli arribó a Gualeguaychú en el año 1975, invitado por Monseñor Pedro Boxler para ejercer su sacerdocio. “Nunca había visto tanto verde, era una zona muy linda y me quedé”, expresó el sacerdote en una entrevista el año pasado.

Había nacido en Rosario, “pero viví en Santiago del Estero, quería ingresar de chico al Seminario pero había dificultades económicas y no pude estudiar. En 1953, con 22 años, pude lograrlo y me ordené en 1960”, contó en aquella oportunidad.

Dijo además, que quiso ser sacerdote “porque quería dedicarme al prójimo, hacer algo por la gente, y lo concreté gracias a Dios con la apertura y crecimiento de Emanuel”.

El Padre Locatelli siempre agradeció la hospitalidad y el afecto con que fue recibido en Gualeguaychú. “Me asombró el cariño, no hacia mi persona, sino a las obras. Y tengo muchos ejemplos de eso. Cuando llego a La Sagrada Familia, detrás de la misma había un amplio baldío, era como un depósito de basura del ex cementerio, muchas cosas las fueron dejando en ese lugar. Lo iban a rematar, una mañana veo a un señor midiendo, le pregunto qué iban a realizar y me pregunta si tenía interés en él. Era ideal para un taller de discapacitados mentales que tenía en mente. Fuimos al remate, le tenía miedo a la base porque no tenía efectivo, con qué pagar. Hablé a una serie de personas que fueran conmigo para que pongan el dinero, así que al terreno lo compramos sin plata”, contó sobre los esfuerzos para lograr su sueño.

Emanuel

En 1980 se fundó Emanuel. “Había hecho construir el galpón al lado, cuando puse el cartel ‘aquí se va a edificar un lugar para chicos disminuidos mentales’ la respuesta fue increíble por parte de los vecinos Nosotros empezamos de cero con la idea y terminamos la construcción de Emanuel con fondos bancarios”, recordó en la entrevista con <i>ElDía</i>.

Lo primero que se concretó fue la escuela taller y luego el hogar granja Emanuel.

Años después surgió la escuela primaria.