Paraná

Exhiben el guante del Padre Pío en la Catedral de Paraná

La reliquia es un elemento usado en vida por una persona que luego fue declarada santa. Será expuesto en las misas de las 11 y las 20 de este domingo en la Catedral de la capital entrerriana, registró <b>Elonce TV</b>.

8 de Noviembre de 2015

"Esto no es magia", previno el fraile capuchino rosarino Luis Emilio Sarla, que ayer llegó a Paraná para presidir una misa en la Iglesia Catedral con una peculiaridad: en el altar, se había colocado una reliquia del monje Italiano famoso por sus estigmas declarado santo en 2002.

 

La reliquia es un elemento usado en vida por una persona que luego fue declarada santa. Puede ser parte de su hábito, restos óseos, o un guante como el que ayer llegó a Paraná. En este caso se trata del que cubría la llaga de una de las manos del santo. Ayer, en una misa concurridísima, a las 18, fueron expuestas por primera vez; hoy, volverán a serlo, en las misas de las 11 y las 20.

 

Las reliquias pueden ser un hueso, una ampolla de sangre, un elemento usado por el santo como un libro de oraciones, o un trozo de tela pasado por el cuerpo del santo. Con el tiempo, la Iglesia las ha categorizado: de primera clase: alguna parte del cuerpo del santo; de segunda clase: algo personal, algo que usó o le perteneció al santo; y de tercera clase: un artículo que halla tocado una reliquia de primera o segunda clase.

 

<b>Estigmas</b>

 

San Pío de Pietrelcina, un capuchino que murió en San Giovanni Rotondo en la madrugada del 23 de septiembre de 1968, que, en vida, no tuvo una buena relación con la Santa Sede.

 

Pero el padre Pío fue un hombre que atrajo mucho la atención. Su cuerpo reprodujo durante los últimos 50 años de su vida las llagas de Cristo en mano, pies y costado, heridas que durante todo ese tiempo estuvieron sangrando con una sangre roja y limpia. La duración de de esos estigmas es la más larga de todas las conocidas. Comenzó el 20 de septiembre de 1918 y sólo cesó, sin dejar huella, con su muerte.

 

El padre Pío usaba de día medios guantes de lana oscuros para ocultar sus manos. Las manchas de sangre no se ven y la lana las absorbe.

Uno de esos medio guantes es la reliquia que ahora llegó a Paraná.

 

"Pero esto no es magia. Esto nos tiene que ayudar a aumentar la fe, a creer un poquito más", les dijo a los fieles que ayer colmaron la Iglesia Catedral el monje capuchino que presidió el oficio religioso.

 

Las reliquias, que hoy serán impuestas a los fieles que asistan a las misas de las 11 y las 20, ya han recorrido distintos puntos de la provincia.

 

 

 

<h5>Visita fugaz del padre Ignacio</h5>

 

La mañana del 24 de abril de 2012 amaneció rara y lluviosa en Paraná. Ese día la ciudad vivió un hecho relevante: el padre Ignacio Peries, el más convocante de los curas sanadores, encabezó una misa de la que participaron 40.000 personas.

 

El sacerdote ofició desde el interior de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, y la gente colmó el templo, las calles adyacentes, la Plaza Saenz Peña. Era la primera vez que el padre Ignacio salía de Rosario para oficiar una misa, y había escogido Paraná.

 

La relación venía de antes, y se asentó con el tiempo. El cura es superior de la Cruzada del Espíritu Santo, una congregación que tiene como obispo benévolo al arzobispo de Paraná.

 

Desde entonces, y desde antes, ha hecho frecuentes visitas a la ciudad. Desde 2013, además, la Cruzada tiene su sede central en Paraná.

Ayer, el padre Ignacio estuvo otra vez en Paraná. Fue para participar de la ordenación diaconal de seminaristas de su congregación. Pero fue uno más en la celebración que se realizó en la Catedral.

 

 

 

En la celebración de ayer, fueron ordenados diáconos Rodrigo Badano, Horacio Correa, Hugo González, Andrés Orlas, Ignacio Rodríguez y Marcelo Rueda. La celebración fue presidida por el arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, y también tomaron parte el cardenal Estanislao Karlic, y el emérito Mario Maulión.