REDACCIÓN ELONCE
En el Centro Integrador Comunitario (CIC) II Este de Paraná, se proyectó un documental dedicado al Movimiento Espartaco, una agrupación de artistas plásticos que marcaron una época con su compromiso político y social durante las décadas del ’50 y ’60. La actividad se enmarcó en una jornada cultural abierta a la comunidad y promovida junto al colectivo La Hendija.
Eliana, referente del espacio, agradeció la presencia de los medios: “Es fundamental que se difunda lo que hacemos para que la comunidad se entere. Siempre tenemos actividades para todas las edades: desde yoga, zumba y ajedrez hasta talleres literarios y de manicuría, todo con participación vecinal y municipal”.
La jornada incluyó también un espacio de reflexión y memoria, en el que se recuperó el valor del cine como experiencia colectiva. “Ver películas juntos y comentarlas después es algo que perdimos con el streaming. Esta proyección es una forma de volver a encontrarnos”, expresó la directora del documental, Ana Caribe.
El legado del Movimiento Espartaco
La producción audiovisual retrata la historia del Movimiento Espartaco, conformado por nueve pintores que, en tiempos de censura y represión, eligieron el arte como herramienta de denuncia. “No solo pintaban, también dejaban un archivo visual de lo que vivía el pueblo argentino. Sus murales eran las paredes de los barrios, de las fábricas, de los territorios”, explicó Caribe.
“El Movimiento Espartaco fue un acto de resistencia. Mientras el arte oficial se inclinaba al abstraccionismo, ellos apostaron por la figuración, por mostrar al obrero, al campesino, al vecino”, señaló la realizadora. En su testimonio también se destacó la influencia de Antonio Berni y la intención de federalizar el arte, más allá del circuito porteño.
La directora subrayó la vigencia del mensaje: “Esta película merece ser vista en todo el país. La cultura también lucha, también aporta memoria”. Parte del material del documental proviene de un archivo personal guardado por más de 50 años, cedido por descendientes de los pintores.
Una historia atravesada por la dictadura
Ana Caribe compartió además parte de su historia personal vinculada a la temática del film. “Mi papá tenía 13 años cuando ocurrió el bombardeo a Plaza de Mayo. Sacó gente de los escombros y desde ahí inició su militancia. Fue asesinado durante la dictadura del ’76. Mi mamá terminó detenida en la ESMA y nos exiliamos en Valencia”.
La directora relató que, años más tarde, fue su entorno de exiliados quienes la conectaron nuevamente con esta historia. “Entre amistades chilenas, argentinas y uruguayas, nos fuimos reencontrando. Así conocí a Eduardo Bute, hijo de uno de los pintores del Movimiento Espartaco, quien me mostró el archivo que dio origen al documental”.
El encuentro cerró con una emotiva reflexión sobre la importancia de visibilizar la lucha desde el arte. “Estamos muy emocionados. Este tipo de espacios, como el CIC, son fundamentales para que nuestras historias vuelvan a circular. Espartaco nos recuerda que el arte también es trinchera”.