El portero del edificio en el que vivía Rodrigo Roza, el hombre de 51 años que mató un puñaladas al policía Juan Pablo Roldán, dijo que "nunca se mostró agresivo" y "se comportaba como un vecino normal".
En declaraciones a la prensa, el portero, llamado Rubén, admitió sin embargo que "era un muchacho que tenía problemas, vivía con su madre y no trabajaba".
"Iba siempre de compras tranquilo, entraba, salía y saludaba como cualquier vecino. No sé que haya tenido problemas con nadie", expresó el portero al referirse al hombre que murió esta madrugada a causa de los disparos realizados por el oficial Roldán y otros efectivos.
Además, el portero dijo, en cuanto a la particular vestimenta que lucía en el momento del hecho Roza con una vincha en el pelo y una campera de fajina, que "hay veces que usaba esa ropa y otra veces no".
Rubén sostuvo que Roza, junto a su madre, vivía en el edificio desde hacía alrededor de diez años, y que un mes atrás había estado internado.