El Miércoles de Ceniza marca el inicio de la Cuaresma, un período de cuarenta días de introspección, penitencia y preparación para la celebración de la Pascua, la festividad más importante del calendario cristiano. Durante este tiempo, los fieles son llamados a la oración, el ayuno y la práctica de obras de misericordia.

El párroco de la Parroquia “Nuestra Señora de Luján” de Paraná, Jorge Fontana, explicó a Elonce el simbolismo de esta jornada. “Comienza el tiempo de preparación para la Pascua, que llamamos Cuaresma, y que tiene este signo tan característico: quienes participamos en la celebración del Miércoles de Ceniza recibimos sobre nuestras frentes o cabezas la señal de la cruz con cenizas. Estas se obtienen de la quema de los ramos bendecidos en el Domingo de Ramos del año anterior”, detalló.

Un camino de humildad y reflexión

Fontana destacó que este tiempo busca recordar a los fieles su fragilidad y dependencia de Dios. “Nos ayuda a reconocer nuestra pequeñez y nuestra condición de criaturas. Sin el soplo vital de nuestro creador, no tendríamos existencia ni dones. Con esta actitud de humildad, iniciamos el camino de preparación hacia la Pascua”, expresó.

En cuanto a las actividades que se realizan en la comunidad, el sacerdote explicó que los viernes de Cuaresma se lleva a cabo el tradicional Vía Crucis, vinculado al horario de la misa en cada parroquia. “Se recorren las estaciones dentro de la iglesia o, dependiendo de la organización pastoral, también puede realizarse en los barrios o recorriendo las calles”, indicó.

Además, cada comunidad organiza encuentros de oración, retiros espirituales y momentos de reflexión. “El objetivo es dedicar más tiempo a la Palabra de Dios, la penitencia y las obras de misericordia, preparando el corazón para la Pascua”, añadió.