La comunidad de Puerto Esperanza, Misiones, atraviesa horas de dolor tras el brutal asesinato de Irene Elvira Medina, una enfermera de 61 años que fue hallada muerta a golpes el último fin de semana en un baldío del barrio Villa Nueva. La víctima había acudido horas antes a la casa de un paciente para realizar curaciones, y nunca regresó.

Su hija, Marianella Núñez, sostuvo que la familia está convencida de la autoría del único detenido en el caso: Andrés G. (45), hijo del hombre al que Medina asistía. “Estamos por seguro que fue solo él. Incluso tenemos testigos que lo vieron ese día”, aseguró.

Sospechas sobre el acusado

La joven relató que, la noche de la desaparición, se dirigió junto a su hermana a la vivienda donde su madre debía trabajar. Allí se encontraron con el ahora detenido, a quien describió como una persona nerviosa, con rasguños visibles en brazos y cuello, que intentaba justificar la ausencia de Medina.

Según Núñez, las pertenencias de la enfermera —su maletín y su teléfono— fueron halladas dentro de la casa del sospechoso, y el chip del celular apareció en la basura, lo que refuerza la hipótesis de encubrimiento.

El cuerpo fue encontrado horas más tarde en un baldío ubicado a pocos metros de la vivienda del acusado. “La Policía tenía dos hipótesis: robo o abuso sexual. Pero la autopsia y los testimonios descartan ambas. La ropa estaba intacta y sus cosas estaban en la casa. Creemos que se trató de un ataque violento sin otro móvil”, explicó la hija.

Una trabajadora incansable

Elvira Medina era madre de ocho hijos y muy querida en la comunidad por su compromiso con los pacientes. Su hija la recordó como “una mujer trabajadora, humilde, bondadosa y siempre dispuesta a ayudar”.

“Mi mamá murió trabajando, haciendo lo que amaba. No queremos que su muerte quede en la nada. Queremos Justicia y que este hombre no salga en libertad”, reclamó Marianella. (El Territorio)