REDACCIÓN ELONCE
La Vieja Usina, emblema de la cultura en la ciudad, sigue siendo el punto de encuentro para aquellos interesados en mantener vivas las tradiciones argentinas. Los talleres de folklore organizados por la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER) han logrado reunir a un público diverso, de todas las edades, dispuesto a enfrentar las bajas temperaturas invernales con tal de compartir su amor por las danzas tradicionales.
"Vine a retomar las danzas de mi juventud", comentó una de las participantes más entusiastas del taller, que explicó cómo fue invitada a sumarse por su hijo y su nuera. "Es un momento hermoso para estar en familia y conectar con lo que realmente amamos: nuestra cultura y nuestras raíces".
En este sentido, los talleres no solo buscan enseñar pasos de folklore, sino también crear un espacio donde los valores de la comunidad y el amor por la patria se transmitan a través del movimiento. El profesor Tati Colombo, quien lidera las clases, tiene una relación cercana con sus alumnos y asegura que la clave del éxito de estos talleres radica en la dedicación y el amor por lo que se hace. "Es un trabajo en equipo, y todos tenemos un objetivo común: disfrutar mientras mantenemos vivas nuestras tradiciones", señaló Colombo.
Un taller inclusivo que fomenta la integración
Lo que diferencia a estos talleres es su ambiente inclusivo y familiar. Personas de distintas edades y niveles de experiencia comparten espacio, aprenden juntos y se acompañan mutuamente en su crecimiento. "Es muy gratificante ver a los más jóvenes aprendiendo de los mayores", aseguró Tati. "La experiencia de los más veteranos enriquece mucho el aprendizaje de los nuevos, y el entusiasmo de los jóvenes revitaliza la clase".
Tal como relató otro de los participantes, "empecé este año después de estar mucho tiempo fuera, y ya me siento parte del grupo. El ambiente es tan cálido que me hace olvidar el frío", agregó entre risas. No solo se enseñan las coreografías y los pasos, sino que también se promueve una convivencia armoniosa y el disfrute colectivo. “Lo importante es que todos lo pasemos bien y nos sintamos conectados con nuestra cultura”, concluyó uno de los miembros más recientes del taller.
La sincronización, un desafío para el 9 de julio
A medida que se acercan las festividades patrias, el taller comienza a prepararse para un evento destacado: la presentación del Pericón en el desfile del 9 de julio. Esta danza tradicional argentina, que pone a prueba la sincronización y coordinación de los bailarines, se ha convertido en uno de los principales desafíos del taller. Para muchos, como expresó uno de los participantes más veteranos, "el Pericón es un baile que nos exige lo mejor de nosotros, pero también es uno de los momentos más gratificantes al verlo en el escenario".
"La sincronización es clave, pero lo más lindo es ver cómo todos los bailarines, aunque tengan distintos niveles de habilidad, logran unirse para crear algo hermoso", destacó Tati. Los ensayos se intensifican a medida que se acerca la fecha, pero la comunidad que se ha formado en estos talleres sabe que, más allá de los desafíos, lo importante es disfrutar del proceso y del aprendizaje compartido.
El folklore como motor de la identidad local
A través de estos talleres, la Vieja Usina no solo se convierte en un espacio de enseñanza, sino también en un lugar de reafirmación de la identidad local. En este contexto, cada clase se transforma en una celebración de la cultura argentina. Las danzas, los trajes y la música se mezclan en un ambiente que revitaliza el sentido de pertenencia de los participantes.
"Gracias a los talleres de folklore, no solo recuperamos nuestras danzas, sino que también estamos construyendo un futuro en el que nuestras tradiciones se mantienen vivas", concluyó uno de los jóvenes participantes. En un mundo cada vez más globalizado, estas iniciativas son esenciales para mantener el legado cultural argentino. Los talleres de UADER, sin lugar a dudas, siguen siendo un pilar fundamental para conservar las costumbres, mientras forjan una comunidad unida por la pasión por el folklore.