Después de tres años de detención, Nicolás Gabriel Carrizo, conocido mediáticamente como el jefe de la “Banda de los Copitos”, recuperó su libertad este miércoles tras el fallo del Tribunal Oral Federal N°6, integrado por los jueces Sabrina Namer, Adrián Grünberg e Ignacio Fornari.
Carrizo había sido señalado por su presunta vinculación con el atentado a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, ocurrido el 1° de septiembre de 2022, aunque nunca llegó a tener una imputación formal. Durante todo el proceso, la fiscalía no logró presentar pruebas que lo involucraran directamente en el intento de magnicidio.
“No sé cómo expresar la impotencia que tengo, porque aunque estoy libre, llevo arrastrando cosas que tengo que tratar”, expresó Carrizo en diálogo con TN al salir de los tribunales de Comodoro Py. “Perdí tres años de mi vida”, resumió el hombre que en 2022 se dedicaba a vender algodón de azúcar en la vía pública.
“Me destruyeron el trabajo y mis vínculos personales”
Carrizo aseguró que su vida cambió por completo desde que fue detenido. “Es una consecuencia de todo lo que pasó: me destruyeron el trabajo. Tenía amigos que se alejaron por miedo a quedar implicados”, contó.
Durante su declaración pública, el joven relató que sólo contó con el acompañamiento de su familia, su pareja y dos amigos durante el tiempo en prisión. “Tengo dos hijos a los cuales no veo hace tres años. Las madres tomaron medidas. Fueron demasiadas cosas. Ahora veré cómo me rearmo”, señaló con visible emoción.
El vendedor insistió en que su vínculo con Fernando Sabag Montiel, autor material del intento de asesinato y condenado a 14 años de prisión, fue ocasional y laboral. “Lo conocí dos meses antes del hecho. Le había dado trabajo, pero no tenía ninguna relación más que esa”, explicó.
Cuestionamientos al sistema judicial y anuncio de demanda
Carrizo también criticó duramente el accionar de la Justicia. “Deberían cambiar las leyes. Ante la sospecha te agarran y te meten preso. No importa lo que pase con vos, después ven si está todo bien”, ironizó, señalando que las únicas pruebas en su contra fueron mensajes de texto.
Asimismo, se refirió a las irregularidades en la investigación: “Me hubiese encantado que revisen el celular de, eso hubiera aportado mucho. Tal vez me liberaban antes”.
Finalmente, el joven adelantó que demandará al Estado nacional por los daños sufridos durante su detención. “Lo que hicieron es irreparable. No es sólo dinero, quiero que esto no le pase a nadie más. Me quitaron tres años de vida y quiero justicia”, concluyó. (Con información de Minuto Uno)