REDACCIÓN ELONCE
Vecinas de la calle Galán al final, en el límite entre los barrios San Agustín y Anacleto Medina Norte, renovaron su pedido de intervención municipal urgente debido a un grave problema de desmoronamientos que, desde hace más de una década, afecta directamente a sus viviendas.
El reclamo, que se repite desde 2012, volvió a tomar fuerza tras las últimas precipitaciones, que provocaron nuevos deslizamientos y agravaron la situación estructural del terreno.
“El desbarranco ya afectó a mi domicilio y para evitarlo tengo que seguir rellenando, pero llegará un momento en que no podré hacerlo porque ya me tiró construcciones abajo”, relató Roxana Pesoa a Elonce.
“Pagamos impuestos, pero no somos escuchados”
Pesoa explicó que el terreno está debidamente registrado y no pertenece a una zona fiscal: “Pagamos impuestos municipales. El terreno no es fiscal y no me intrusé en una zona desfavorable. Estaba todo en perfectas condiciones y con el tiempo se fue derrumbando todo”, señaló.
La vecina apuntó directamente a la falta de mantenimiento municipal, asegurando que el paso del tiempo, las lluvias y el abandono “hicieron que el agua arrase con todo”.
“Cada vez que llueve se desmorona más y nadie viene a ver qué pasa. No pedimos asfalto ni cordón cuneta, pedimos seguridad para nuestras familias”, expresó con preocupación.
Arreglos por cuenta propia y falta de acceso
Desde el merendero San Francisco de Asís, Griselda Álvarez advirtió que la situación no solo afecta a las viviendas, sino también a la transitabilidad y seguridad del barrio. “Es impresionante cómo la calle se rompe cada vez más y los vecinos hacen los arreglos por sus propios medios porque reclamamos, pero no somos escuchados”, señaló.
La vecina sostuvo que las condiciones actuales hacen imposible el acceso de ambulancias y patrulleros. “Es imposible vivir acá y tampoco tenemos seguridad porque la Policía y las ambulancias no pueden entrar por el estado de la calle”, lamentó.
A los desmoronamientos se suman otros riesgos, como la falta de poda y mantenimiento de árboles de gran tamaño. “Los árboles están enormes, si llegaran a caerse durante un temporal, arrasarían con todo el cableado”, advirtió Mónica, otra vecina del sector.
Piden una solución estructural
Los habitantes aseguran que han presentado notas y pedidos formales al municipio, pero aún no recibieron respuestas concretas.
Los vecinos coinciden en que el problema requiere una obra integral de contención y drenaje para evitar nuevos derrumbes y garantizar la estabilidad del terreno. “Los arreglos provisorios ya no sirven, el suelo se sigue cayendo”, expresaron.