A cinco días del hallazgo de los cuerpos mutilados de Lara Gutiérrez (15), Brenda del Castillo (20) y Morena Verdi (20) en Florencio Varela, la causa judicial avanzó con múltiples detenciones y procedimientos. La investigación está en manos del fiscal de Homicidios de La Matanza, Adrián Arribas, quien busca determinar la responsabilidad del presunto líder narco Tony Janzen Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”, y de su ladero, Matías Agustín Ozorio.
La camioneta Chevrolet Tracker blanca en la que trasladaron a las víctimas fue encontrada incendiada cerca de la vivienda donde fueron asesinadas. Según las pericias, en esa casa las jóvenes fueron sometidas a un “sufrimiento inhumano”, tal como describió el primer fiscal del caso, Gastón Duplaá.
Además, un VW Fox, vinculado a Víctor Lázaro Sotacura, fue captado por cámaras de seguridad y podría haber sido usado como vehículo de apoyo durante el crimen.
Los detenidos y las imputaciones
Por el momento, hay seis personas detenidas: Andrés Parra, Miguel Villanueva Silva, Celeste González Guerrero, Daniela Ibarra, Ariel Giménez —acusado de cavar el pozo donde sepultaron a las víctimas— y Víctor Lázaro Sotacura, arrestado en Villazón (Bolivia).
Todos fueron imputados por “homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas, alevosía, ensañamiento y violencia de género”. En el caso de “Pequeño J” y Ozorio, a quienes aún busca la Justicia, la calificación es en grado de autoría.
Interpol emitió alerta para localizar a ambos prófugos, mientras el fiscal Arribas espera resultados de pericias sobre celulares y otras pruebas reservadas.
Cómo fue el crimen
El 19 de septiembre, las tres jóvenes fueron convocadas a una supuesta fiesta por la que les pagarían 300 dólares cada una. Esa misma noche, subieron a la camioneta Tracker blanca.
Las cámaras de seguridad y la geolocalización de sus teléfonos confirmaron que fueron trasladadas a una vivienda de Villa Vatteone, en Florencio Varela. Allí permanecieron hasta el 24 de septiembre, cuando la Policía bonaerense halló sus cuerpos enterrados en el jardín de la casa.
Según testimonios, el crimen habría sido ordenado como un mensaje disciplinante dentro de la organización narco. Aunque se habló de una transmisión en vivo de la masacre en redes sociales, la fiscalía aclaró que por el momento no hay pruebas que confirmen esa versión.