Personal de la Dirección de Vías Navegables realiza un relevamiento de las alturas del Paraná, más precisamente, en el tramo norte del curso de agua. Con esa información de establecen, entre otras cuestiones, las profundidades del lecho del río y la ubicación del canal de navegación.
“Se toman las medidas de profundidad del lecho del río, se hace el eje del canal, y perpendicular a eso se trazan líneas transversales que después se recorren con la lancha; se mide la profundidad y se hace una reducción del cero de escala para dibujar los planos. Entonces, a la profundidad que vemos en el plano se le suma a diario la altura que registra el río”, explicó a Elonce TV el director del área de Vías Navegables en Paraná, Alberto Leonardi.
Según explicó Leonardi, “con esa información se puede establecer la profundidad que tiene un barco para navegar”. De acuerdo a lo que comentó, los informes son elevados a la dirección nacional de Vías Navegables que luego lo transmite a las Prefecturas “para las comunicaciones de los navegantes de zonas y puertos del sur donde hay un calado importante para poder sacar los barcos”.
“El relevamiento se hace costa a costa, una vez al año, para actualizar la cartografía; y mensualmente en aquellos lugares donde el río pierde velocidad, que se denominan pasos críticos”, aclaró el funcionario.
En Paraná, los pasos críticos, es decir, “donde el río deposita arena porque pierde velocidad”, se encuentran “detrás de la isla Puente y zona del riacho Zapata que requieren de una acomodación, no de draga, pero sí de corrimiento del canal para seguir el eje que hace el propio río”.
“El promedio mensual histórico para septiembre es de 1.70mts. es decir que en septiembre se produce la bajante normal, la que después empieza a subir hasta tener su creciente máxima en marzo. El problema es que, según los que investigan el clima, La Niña perdurará y habrá valores bajos”, indicó Leonardi al estimar que “si el río continúa en bajante habría que modificar los proyectos de calado, los diseños, y evaluar si es consecuente al medioambiente; porque si no habría que pensar en una navegación de cabotaje, como ocurre en Paraná, y no de ultramar”.
“La construcción de las represas, que atenúan las bajantes, además de un período de muchas lluvias por El Niño en la década del ´80, hicieron que cambiaran las condiciones del río Paraná”, comentó en relación a los registros históricos que atesora la sede de Vías Navegables en la capital entrerriana. (Elonce)