“Estoy súper feliz porque fue mi primera temporada en Mardel y mi primer trabajo en teatro“, cuenta quien desde hace dos meses está de novia con el apuesto piloto de Turismo Nacional Matías Silvente. “¡Es un bombón!”, grita, a la pasada.

–De la obra también participaron Julieta Bal, Alicia Barbasola y Coty Álvarez. ¿Fue complicado trabajar con tantas mujeres?

–No, para nada. Con Alicia y con Coty me llevé bárbaro. Tal vez, la más “alejada” fue Julieta Bal, que vaya a saber qué cosas más importantes tenía para hablar con los protagonistas masculinos (Roberto Peña e Hijitus) que con nosotras.

–¿Vos decís que como es la hija de Santiago se sentía “más”…?

–Si, obvio. Ella dice que no, pero para mí es así. Por eso no se junta con la “gentuza” como nosotras…

–¿Pero las trata mal o las destrata?

–Nos saludaba y se metía en su camarín. Sólo teníamos un trato de “hola” y “chau”. Pero no sólo conmigo era así, sino con todas, salvo con las primeras figuras por las que se desvive. Igual, donde hay mujeres siempre hay pu…ío. Las mujeres somos complicadas.

–¿Sos calentona?

–¡Súper! Cuando me molesta algo voy y te lo digo de frente. No soy de las que andan con esas mariconadas de juicios. Yo voy y te ca… a trompadas. Igual, me importa muy poco charlar con Julieta o si me saluda o no.

–¿Por qué estuviste furiosa con Ritó?

–No está bueno que después de todo el apoyo que le dimos cuando nos contó los problemas con su marido y con las drogas, salga a ensuciarnos a Sabrina Ravelli y a mí, diciendo que somos gatos. Todo lo que tengo es porque me lo regalaron mis ex parejas y porque trabajo de actriz y cobro por mi trabajo. Además, la que diga que nunca tuvo una propuesta sexual por dinero que tire la primera piedra. (Revista Semanario)