REDACCIÓN ELONCE
Las ollas volvieron a encenderse en el corazón del barrio Capibá. En la esquina de Avenida Zanni y calle Alberto Nín, el comedor comunitario Miradas del Alma retomó sus actividades tras un tiempo de pausa.
Yanina Ojeda, referente del espacio solidario, fue la encargada de anunciar la reanudación del servicio que desde hace cinco años asiste a niños y familias del barrio. "Hoy volvemos a cocinar para los chicos, para nuestras hijas e hijos. Sabemos que la situación está difícil, que no hay trabajo, y por eso este plato de comida se vuelve tan necesario", expresó emocionada en diálogo con Elonce.
La convocatoria es abierta: toda persona que pueda colaborar con alimentos no perecederos, ropa, colchones, o incluso mediante donaciones virtuales, será bienvenida. “Pedimos que quien tenga un poquito de corazón se acerque. El sol sale para todos, y este comedor es justamente la mirada de una madre que quiere darle de comer a sus hijos”, dijo Yanina.
En esta jornada de reinicio, más de 80 niños se registraron para recibir la copa de leche. La intención es continuar cada miércoles y viernes, ofreciendo también un plato caliente cuando sea posible. En esta ocasión, el menú fue arroz con verduras, “porque lamentablemente no alcanzó para comprar carne”.
Además del comedor, Miradas del Alma sostiene desde hace 12 años un ropero solidario que recibe donaciones de ropa, calzado, colchones y otros elementos de necesidad básica. "Siempre hay una mamá sola, una familia afectada por una inundación, o alguien que está empezando de nuevo y necesita un poco de ayuda", explicó Ojeda.
El objetivo de este año es ambicioso y urgente: ayudar a familias en situación de extrema vulnerabilidad a tener condiciones mínimas de higiene y dignidad. “Queremos visitar esos hogares sin baño, sin condiciones básicas, y ver de qué manera podemos acompañar para mejorarles un poco la vida”, comentó.
Quienes deseen colaborar pueden comunicarse al WhatsApp 3435001043, o acercarse directamente a la sede del comedor, en la intersección de Avenida Zanni y Alberto Nín, en el barrio Capibá.
“Gracias por el espacio. Siempre digo: cuando uno se levanta, el sol sale para todos. Y acá seguimos, con fe, trabajo y mucho amor”, cerró Yanina, con la humildad de quien hace del compromiso social un verdadero motor de vida. Elonce.com