Sociedad

Infección hospitalaria: muerte de periodistas reabre debate sobre antibióticos

Martín Jáuregui y Mariana Moyano, de 59 y 54 años, respectivamente sufrieron complicaciones mientras estaban internados. Qué pasa con las súper bacterias y cómo evitarlas.

25 de Octubre de 2023

En las últimas horas, se conoció el fallecimiento de Martín Jáuregui, de 59 años, productor, guionista y conductor de radio quien estaba internado en la Fundación Favaloro por complicaciones severas derivadas de la diabetes, una enfermedad que tenía hace años. En ese contexto contrajo una infección intrahospitalaria que le produjo un cuadro respiratorio que lo llevó a la muerte.

 

Cuando aún no había mermado la conmoción por el fallecimiento de Jáuregui, muy conocido en Buenos Aires (también en algunas ciudades del interior donde solía dar charlas), se supo que falleció Mariana Moyano, de 54 años, quien estaba internada desde el 8 de octubre a raíz de un accidente doméstico que le produjo quemaduras, y en ese contexto adquirió también una infección intranosocomial. Moyano, quien trabajaba en Radio 10 y C5N, había sido intervenida en dos oportunidades en el Instituto del Quemado. Tenía la mitad de su cuerpo afectado. Una infección terminó complicando mucho más su delicado estado de salud.

 

 

 

¿Están aumentando las infecciones adquiridas durante una internación? ¿Hay más bacterias súper resistentes a los antibióticos disponibles? La respuesta es sí.

 

Por eso, desde hace tiempo, en todo el mundo, en los ámbitos sanitarios, se está poniendo el acento en la necesidad de concientizar a la población sobre el uso inadecuado de antibióticos lo que genera problemas severos ya que es cada vez mayor la cantidad de personas que adquieren infecciones por bacterias resistentes a la medicación disponible.

 

¿El principal motivo? El uso inadecuado que se hizo durante décadas de los antibióticos, sobre todo, a causa de tomarlos cuando no es necesario.

 

 

 

Las infecciones que se producen dentro de los nosocomios públicos y privados son también un problema a nivel global sobre el que advirtió la OMS. Pero lo cierto es que no sólo las personas internadas pueden adquirir gérmenes resistentes sino cualquiera en la comunidad.

 

Mariana Bellantig, infectóloga, señaló a La Capital que “las infecciones por bacterias resistentes o multirresistentes (a uno o a varios antibióticos) son mucho más difíciles de tratar, prolongan las estadías hospitalarias, el paciente tiene más complicaciones y la mortalidad es más alta”.

 

Se estableció una semana en noviembre (del 18 al 24) para que las organizaciones de salud internacionales, nacionales, y los especialistas difundan información para intentar frenar esta tendencia alarmante en el sistema sanitario.

 

La Semana Mundial de Concientización Sobre el Uso de los Antimicrobianos (antibióticos, antifúngicos y antiparasitarios, entre otros) tiene cada año como objetivo que la comunidad, incluido el personal de salud, entienda la necesidad de tomar medidas urgentes para frenar el uso indebido y excesivo de estos medicamentos que determinan la aparición de patógenos farmacorresistentes.

 

“Hay un aumento a nivel mundial de la resistencia a los antimicrobianos. La resistencia es la pérdida de la efectividad de los fármacos, que al usarse de manera innecesaria o por tiempo o dosis inadecuadas, provocan que los microorganismos dejan de ser susceptibles y esto genera infecciones de difícil manejo con un alto impacto en los pacientes y una gran demanda a nivel económico ante la necesidad de usar otros medicamentos de alto costo para intentar controlar las infecciones y salvar la vida del paciente”, explicó la especialista.

 

Más resistencia y menos recursos

“Lo que notamos es que hay cada vez más resistencia y además la industria farmacéutica no está generando nuevas moléculas, por eso, la prioridad es sostener la eficacia de las que tenemos”, expresó Bellantig.

 

En 1928 se descubrió la penicilina, que cambió la historia de los procesos infecciosos y evitó la muerte de millones de personas. Sin embargo, casi cien años después la preocupación vuelve a estar puesta en este tema, ahora, por la resistencia de los fármacos disponibles, al punto que algunas bacterias ya logran “escapar” a casi todas las moléculas desarrolladas.

 

El problema se agiganta si se tiene en cuenta que, desde hace unos 40 años, prácticamente no han aparecido en el mercado nuevos antibióticos.

 

Cómo frenar el mal uso de antibióticos

En una nota publicada recientemente en La Capital, la especialista detalló: "Otro impacto de este problema es que el mal uso de antimicrobianos no solo genera que bacterias, parásitos y hongos se vuelvan resistentes, sino también alteraciones a nivel de la microbiota intestinal”, expresó la especialista.

 

La microbiota, formada por los microorganismos que tenemos a nivel gastrointestinal (y que va cambiando a lo largo de la vida y de acuerdo a lo que comemos y al entorno ambiental) tiene un montón de funciones esenciales, entre ellas, y una de las más importantes, la de sostener estable y “fuerte” el sistema inmunológico.

 

Bellantig detalló: “El exceso o mal uso de los antimicrobianos genera desregulaciones y alteraciones en la microbiota y esto genera una serie de complicaciones”

 

Hasta un 35% de los pacientes que toman antibióticos tiene diarrea, y de ese grupo el 80% son niños. “Por eso es fundamental que pensemos si el uso de un antibótico va a ser necesario o no”.

 

Muchas veces las personas se auto medican ante un dolor de garganta, un resfrío fuerte que no cede, y en realidad tienen una infección viral.

 

Existe una nueva ley (número 27.680 de Prevención y Control de la Resistencia a los Antimicrobianos) que establece un uso más consciente de los fármacos y que sean prescriptos para las patologías correctas y en el tiempo y dosis adecuadas. "Por eso debe haber un compromiso enorme de la población y del personal de salud para que a mediano o largo plazo no tengamos una crisis más grande aún por este tema”, puntualizó Bellantig.