REDACCIÓN ELONCE
En el marco del Domingo de la Divina Misericordia, cientos de fieles se congregaron este domingo 27 de abril en Paraná para participar de la tradicional procesión en honor a Jesús Misericordioso.
La manifestación de fe recorrió las calles de la ciudad, desde el Santuario de Jesús Misericordioso hasta la Catedral Metropolitana.
Esta celebración tiene una profunda raíz espiritual, ya que el 30 de abril de 2000 el Papa San Juan Pablo II canonizó a Santa María Faustina Kowalska y declaró el Segundo Domingo de Pascua como el Domingo de la Divina Misericordia. Dos años después, Juan Pablo II encomendó el mundo a la divina misericordia al consagrar el Santuario Internacional de la Divina Misericordia en Lagiewniki, Polonia.
La comunidad religiosa de Paraná se sumó con fervor a esta festividad, en una jornada colmada de cantos, oraciones y agradecimientos.
Testimonios de fe durante la procesión
Una mujer expresó a Elonce el profundo significado que Jesús tiene en su vida: “Todo lo que puedo sentir es el amor de él. ¿Cómo no voy a caminar por él? Vine a pedir por los enfermos y los adictos, por tantas personas que necesitan y no tienen a nadie”.
Hilda, otra fiel presente, manifestó: “Amo mucho a Jesús Misericordioso e incluso colaboro con él. Soy ministra de ahí así que también le damos muchas gracias a Jesús, que es nuestro guía espiritual. También rezamos por todos los niños, por los enfermos y los que están necesitados, los que están solos y los ancianos. Jesús Misericordioso va a tener piedad de ellos. También le pedimos mucho por nuestros sacerdotes y las vocaciones sacerdotales”.
Desde distintas parroquias de la ciudad se sumaron fieles. Una mujer que asistió desde la parroquia San Agustín comentó: “En este segundo domingo de Pascua celebramos a Jesús Misericordioso. Estamos acompañando esa comunidad y confiamos en él y en todas esas personas que están alejadas de Dios. Por eso por ellos rezamos. Paramos por el Sanatorio del Niño y oramos por los niños que allí estaban. Hace tanta falta orar porque es Dios quien debe guiar a los médicos”. También quiso agradecer y orar por Francisco I, el papa argentino.
Cantos, oraciones y el deseo de ganar indulgencias
Durante la procesión, la música y las voces de alabanza no estuvieron ausentes. Gloria, una de las participantes, relató: “Estuvimos alabando a Jesús y haciendo lío como nos pedía el papa Francisco”.
Otra mujer explicó que el recorrido inició en el Santuario de Jesús Misericordioso y culminó en la Catedral: “Fue para cumplir con la Peregrinación a un templo para ganar las indulgencias que nos regala el Año Jubilar que decretó el papa. Fue una bendición para nosotros”.
La procesión por Jesús Misericordioso en Paraná no solo renovó la fe de los presentes, sino que también reafirmó la importancia de la oración comunitaria y el acompañamiento espiritual en tiempos de necesidad.