REDACCIÓN ELONCE
Federico Bravo vuelve a Patronato en un momento clave de su carrera y en un contexto desafiante para el club entrerriano. El volante central, con pasado en Primera División y una extensa trayectoria en la categoría, dialogó desde Jesús María, Córdoba, con "La Cadena Entrerriana del Gol", que se emite por Elonce Radio & Streaming 98.7 y dejó definiciones profundas tanto en lo futbolístico como en lo humano. El regreso se da tras varios días de decisiones intensas, mudanzas y negociaciones, en los que el mediocampista priorizó el proyecto deportivo y el deseo de volver a sentirse valorado.
“Ahora estoy en Jesús María Córdoba, es la ciudad donde nací, donde cada vez que tengo posibilidad de tener días libres me vengo sin dudarlo”, contó Federico Bravo, destacando la importancia de sus raíces y de la familia en este cierre de año. En ese marco, reconoció que hace tiempo no puede disfrutar del tradicional festival local debido a las pretemporadas: “Vos sabés que tengo la mala suerte de que me los pierdo hace muchos años”.
El regreso a Patronato no fue improvisado: “Estuve a punto de quedarme en Chacarita, después estuve ahí cerca de quedarme en otros clubes de Buenos Aires y finalmente me decidí por Patronato”, relató, detallando que incluso pasó por Paraná días atrás para firmar y reencontrarse con gente conocida.
Una decisión marcada por el reconocimiento y el proyecto
Al explicar qué terminó de torcer la balanza, Federico Bravo fue claro. “Me llamó el técnico, me llamó Gustavo Abdala, que siempre en todos los mercados tiene intenciones de llevarme y por último también me llamó el presidente. Eso hizo que uno valore, que me quieran, que insistan”, expresó. Ese respaldo institucional fue clave para su decisión, sumado al análisis deportivo del presente del club.
El mediocampista destacó que Patronato “hizo una buena campaña el año pasado” y valoró la continuidad de una base del plantel. También resaltó la llegada de un entrenador con experiencia en la categoría. “Veo un potencial, ojalá que así pueda ser”, afirmó, dejando en claro que su retorno no es solo por cuestiones emocionales, sino por convicción futbolística.
El objetivo es claro y ambicioso. “El sueño de todos lógicamente sería llevar de vuelta a Patronato a Primera”, sostuvo Federico Bravo, recordando que ya le tocó vivir esa experiencia con el club. Sin embargo, fue prudente al remarcar la dificultad del camino: “Hay mucho por trabajar en una categoría con muchos equipos muy parejos”.
Consultado sobre su rol en cancha, el volante central explicó dónde se siente más cómodo. “Donde mejor me siento es de volante central, cuando estoy solo en el medio”, señaló, aunque reconoció que la Primera Nacional muchas veces exige adaptarse al doble cinco. “Lo he hecho muchas veces y también me siento cómodo”, agregó, mostrando versatilidad y predisposición.
Un jugador más maduro para una categoría exigente
Al comparar su presente con su anterior paso por Patronato, Federico Bravo fue autocrítico y reflexivo. “Estoy más maduro, me siento un jugador más completo”, explicó. Reconoció que en su primera etapa estaba dando “las primeras armas”, mientras que hoy llega con un conocimiento profundo de la categoría y de sus exigencias físicas y mentales.
“La Primera Nacional es una categoría que se juega diferente, que se lucha más”, describió. Desde su visión, el equilibrio defensivo es clave: “Soy de los que piensan que en la Primera Nacional hay que tratar de mantener el arco en cero, estar bien parado, porque en algún momento convertís”. Esa lectura habla de un futbolista que entiende el contexto y prioriza lo colectivo.
Sobre la zona que le tocó a Patronato, considerada una de las más duras, relativizó los nombres propios. “Hoy hay que analizar la Primera Nacional desde otro lado, no desde los nombres”, explicó, recordando su experiencia en Chacarita. “Llegamos a estar primeros y de un momento a otro se nos dio que no pudimos ganar más, tuvimos 10 partidos sin ganar”, dijo.
Grupo, nobleza y fortaleza colectiva
Uno de los conceptos que más repitió Federico Bravo fue el valor del grupo humano. “Hay que buscar un grupo de jugadores nobles que estén dispuestos a entregarse al 100%”, sostuvo. Para el mediocampista, esa es la verdadera diferencia en una categoría donde los viajes largos, el desgaste y la presión son constantes.
“Para mí es una de las principales características que un grupo debe tener”, aseguró, convencido de que la fortaleza colectiva permite atravesar los momentos difíciles. “No creo que todos los momentos sean color de rosa”, advirtió, subrayando la importancia de la unión interna.
Consultado sobre referencias dentro del plantel, contó que habló con Pichín Pardo y que compartió experiencias con otros futbolistas. “Él me habló muy bien, uno igual de afuera se da cuenta”, explicó, destacando que en el fútbol “nos conocemos todos” y que eso ayuda a evaluar los proyectos más allá de lo contractual.
También hubo lugar para el color y la logística del torneo. Reconoció que Patronato, como equipo del interior, deberá afrontar muchos kilómetros en colectivo. “Tratar de hacer que los viajes sean lo más llevadero posible y llegar de la mejor forma a los partidos”, explicó, sin dramatizar una realidad conocida.
Entender la categoría para competir
Sobre la diferencia entre Primera División y la Primera Nacional, Federico Bravo fue contundente. “Jugar al fútbol en la B nacional no es lo mismo que jugar en Primera División”, afirmó. Señaló que son pocos los equipos que “juegan lindo” y que la clave pasa por no perder, sobre todo de visitante.
De cara al inicio del torneo, anticipó que el mes de enero será fundamental. “Va a ser un lindo mes de adaptación para poder llegar a la primera fecha a tratar de ir allá y lograr un buen resultado”, expresó, en referencia al debut ante San Martín de Tucumán.