El sonido de las risas infantiles y las pequeñas ruedas girando marcó el ritmo de una mañana inolvidable en la Escuela Gaucho Rivero Nº 201. Allí, se realizó una bicicleteada que unió a niños, docentes y familias en una verdadera fiesta de la educación y la alegría compartida.
El encuentro formó parte del cierre de un proyecto de articulación entre el nivel maternal y el inicial, que durante todo el año vinculó a la comunidad educativa de la escuela con los jardines Semillitas, Trapito y Los Gauchitos de la Virgen de Luján. El patio, lleno de color y emoción, se convirtió en un escenario de encuentros, abrazos y sueños que comienzan a pedalear hacia el futuro.
“Hoy se ha logrado y estamos felices”
Con la voz cargada de emoción, la docente Elba Bris contó a Elonce: “Durante todo el año trabajamos en conjunto con los jardines y como cierre se organizó esta bicicleteada. Hace tiempo la veníamos postergando por distintos motivos, pero hoy se ha logrado, así que estamos felices”.
Cada niño llegó acompañado por su familia y su bicicleta adornada con cintas y globos. Los padres no solo alentaron desde la vereda, sino que también fueron parte del recorrido, compartiendo la emoción de ver a sus hijos disfrutar de un día especial.
Familias y comunidad educativa
La vicedirectora Marisol Fernández explicó que la propuesta buscó “visualizar el trabajo del jardín Trapito e invitar a los demás maternales a participar”. Además, resaltó que “la presencia de los padres fue clave para acompañar a sus hijos y conocer el jardín donde muchos comenzarán el año próximo”.
Desde el jardín Los Gauchitos, la docente Mirna señaló: “Fue una jornada hermosa. Los niños recorrieron las salas, el comedor y los distintos espacios del jardín. Las seños prepararon medallas y una merienda saludable con mucho amor”.
Una jornada de comunidad y afecto
Al respecto, María Laura Ferreira, del área directiva, agradeció la gran convocatoria: “Esto refleja el compromiso de las docentes y de las familias que acompañan. Los protagonistas son los niños, y esta articulación nos permite fortalecer la educación desde el amor y la comunidad”.
Entre abrazos, aplausos y bicicletas coloridas, la Escuela Gaucho Rivero despidió un ciclo con el corazón lleno de orgullo. La bicicleteada fue mucho más que un cierre de proyecto: fue una celebración del encuentro, la ternura y el futuro que empieza a rodar sobre dos ruedas.