En un contexto social marcado por la necesidad, el comedor María Reina, que funciona en la Parroquia San Miguel de Paraná, mantiene su compromiso solidario y prepara todos los días el almuerzo para alrededor de 120 personas. La iniciativa es sostenida por un equipo de voluntarios que se turnan semanalmente para cocinar, servir y organizar la logística del comedor.
“Estamos por servir la comida. Damos unas 120 porciones todos los días”, contó a Elonce uno de los colaboradores del espacio, ubicado en calle Villaguay 254. Según explicó, los equipos de trabajo se organizan por días de la semana para asegurar la continuidad del servicio.
“La situación que vivimos se nota mucho. Viene mucha gente grande con su familia”, describió, visiblemente conmovido por el crecimiento de la demanda alimentaria.
Los voluntarios destacaron que el comedor se sostiene gracias a donaciones del Banco de Alimentos de Paraná, sumadas al aporte de vecinos que colaboran con alimentos, insumos o tiempo. “Tenemos mucha gente que dona, y siempre les hacemos saber en qué lo gastamos”, relató una de las mujeres que colabora a diario con el funcionamiento del espacio.
“Más de 120 personas vienen a almorzar a este lugar. Les damos un plato de comida, agua, pan… y queremos que se sientan bien, que se vayan con el corazón lleno”, expresó.
En cuanto al menú, explicaron que varía según los insumos disponibles, pero siempre se busca ofrecer comidas nutritivas y abundantes. “La comida es muy rica porque los alimentos son buenos. Hoy hacemos guiso de fideos con mondongo”, dijo una de las cocineras, agradeciendo también a quienes “vienen a ayudar en la organización de corazón”.
Una red comunitaria que crece con cada gesto
El comedor María Reina no solo brinda alimentos: también representa un espacio de contención y encuentro para quienes atraviesan momentos difíciles. “Acá vienen muchas personas solas o familias enteras. Siempre tratamos de recibirlos con cariño”, explicaron los voluntarios.
Además del servicio de almuerzo, el equipo mantiene un canal de comunicación abierto con los vecinos para recibir donaciones y sumar manos solidarias. “Todo se hace con esfuerzo, pero también con mucha fe y compromiso. Este lugar es un refugio para muchos”, concluyeron.