La 43ª Peregrinación de los Pueblos Hasenkamp-Paraná, se cumplió con la emotiva llegada al Santuario La Loma, en Paraná. Bajo el lema “Con María, peregrinos de esperanza”, se desarrolló la 43ª edición de una de las manifestaciones religiosas más convocantes de Entre Ríos.

Cada historia, cada promesa y cada lágrima son testimonio de la fuerza espiritual que mueve a los entrerrianos año tras año.

Elonce realizó la cobertura en vivo durante todo el recorrido de 90 kilómetros que hay entre ambas ciudades y transmitió los principales momentos de la manifestación de fe que forma parte del patrimonio espiritual de la provincia. “Esto es lo más hermoso que tiene nuestra provincia: la fe y el encuentro entre los pueblos”, expresó una voluntaria.

A lo largo del recorrido, los testimonios recogidos por Elonce reflejaron un mismo sentimiento: el de caminar para agradecer, pedir o sanar y declaraciones sobre fe y esperanza. Algunos lo hacían en silencio, otros entre cantos y rezos, pero todos compartían la misma emoción.

Conmovedoras historias

La diversidad de historias y emociones se entrelazó en un mismo sentimiento: el de ser parte de una experiencia espiritual que trasciende lo individual. Muchos aseguraron que la peregrinación no solo es una expresión de fe, sino también una forma de “sanar el alma” y “reconectarse con lo esencial”.

Entre los miles de relatos, uno de los más conmovedores fue el de Virginia y su hija Candelaria, quienes caminaron en agradecimiento por un milagro. “Hace 18 años tuve un accidente con un caballo; los médicos no me daban vida. Hoy camino con mi hija y trabajo haciendo terapia con caballos. Es mi milagro de vida”, relató con voz entrecortada.

Entre los relatos, se escucharon mensajes de agradecimiento por recuperaciones de salud, pedidos por trabajo y menciones a promesas familiares. Una mujer de 82 años señaló que completó el trayecto “con ayuda de otros peregrinos”, mientras otra participante afirmó: “Fue mi primera experiencia; me dejó aprendizaje, compañerismo y respeto”, resumió.

Una madre, por sus hijos

Una mujer con anteojos para el sol y un sombrero que cubría su cuello, también llevaba una remera con las fotos de sus hijos y una consigna que decía: “Por ellos”. Elonce se acercó para recabar su testimonio y en ese momento, la emoción por la familia comenzó a brotar sin freno.

“Vine ayer en bici desde Paraná, la dejé en la casa de una amiga y vuelvo con los peregrinos, caminando al santuario La Loma”, dijo la mujer y agregó: “Agradecí por la salud y por la familia. Uno por la familia, hace lo que sea. Después de la doble peregrinación (en bici y caminando), me sentí muy bien; es impresionante lo que es la fe y el amor a la familia”, remarcó con la voz entrecortada por la emoción.

Un chico, por su familia

Bauti, un adolescente que llevaba un Rosario entre sus manos, manifestó a Elonce con una llamativa serenidad, que estaba muy “agradecido por lo que la Virgen nos da”. El chico contó que peregrinó por segunda vez, se mostró “muy contento por caminar junto a sus seres queridos”, entre ellos, su madre y su tía.

El joven invitó a quienes nunca participaron a sumarse: “Es hermoso”. Además, describió que estar en la Peregrinación “es una alegría inmensa”.

Finalmente, manifestó que caminó para pedir “por la salud y el trabajo de mis seres queridos y de toda mi familia”.

Una pareja tomada de la mano

Una pareja joven, domiciliada en el barrio 9 de Julio de la ciudad de Paraná, relató que hicieron todo el recorrido tomados de la mano. Fueron 90 kilómetros en que sus dedos se entrelazaron para rogar a la Mater por un motivo especial.

Al dialogar con Elonce, resumieron que “pedimos por la familia”. La joven afirmó que era la tercera vez que peregrinaba y su pareja lo hacía por primera vez. “Sentimos mucha emoción, es hermoso y sabemos que Dios mueve todo. Por eso viene tanta gente”, concluyó el joven.