Sergio Dussin, un reconocido cocinero italiano de 67 años, ha dejado una huella imborrable en la historia de la Iglesia Católica al encargarse de los menús de tres Papas: Juan Pablo II, Benedicto XVI y el recientemente fallecido papa Francisco. De acuerdo con el diario Corriere della Sera, este hecho es tan singular que solo en tiempos medievales se podría encontrar un antecedente similar de un chef que haya servido a tantos pontífices.
La relación de Dussin con el Vaticano comenzó en mayo de 2002, cuando fue convocado para preparar un almuerzo especial en el marco del juramento anual de los nuevos guardias suizos, una ceremonia que conmemora el sacrificio de 42 soldados que defendieron al papa Clemente VII durante el Saqueo de Roma en 1527. Desde ese momento, Dussin comenzó a forjar una relación duradera con la Santa Sede.
En ese primer encuentro, uno de los platos que causó mayor sensación fue el espárrago blanco de Bassano, una especialidad regional muy apreciada. A partir de allí, el chef italiano fue llamado para otros encargos, como la preparación de comidas para la Academia Pontificia, lo que consolidó su lugar en el círculo más cercano de cocineros del Vaticano. A lo largo de los años, Dussin, quien también es dueño de los restaurantes Al Pioppeto y Villa Razzolini Loredan, se ganó una gran reputación por su habilidad culinaria. “Si me confirman nuevamente en mi puesto, podría convertirme en el único chef contemporáneo que ha servido a tres Papas”, expresó con humildad el chef.
Preferencias del papa Francisco
El papa Francisco, originario de Argentina, siempre optó por platos sencillos que evocaban su infancia en el barrio de Flores, en Buenos Aires. Le gustaban las comidas caseras, alejado de los manjares sofisticados. Entre sus elecciones más frecuentes estaban la colita de cuadril a punto, empanadas de carne con huevo duro y aceitunas al estilo norteño, y la clásica pizza a caballo, que consiste en una combinación de fainá, pizza y huevo frito.
En cuanto a los postres, su favorito era el alfajor de hojaldre de la marca El Nazareno. “Los de hojaldre le gustaban mucho”, relató el dueño de la fábrica en una entrevista radial. Su amor por estos dulces era tal que, en 2017, la entonces canciller alemana Angela Merkel le obsequió una caja de alfajores. Además, el dulce de leche, en sus diversas presentaciones, también ocupaba un lugar especial en su dieta, ya fuera en postres o sobre pan. Un recuerdo particular en la memoria de Dussin es el milhojas, uno de los postres que más disfrutaba el Papa.
“Llevo las sonrisas de Francisco y sus milhojas en el corazón”, comentó el chef, evocando los momentos compartidos con el Pontífice. Estas tradiciones gastronómicas del papa Francisco quedaron reflejadas en el libro La cocina del Vaticano, escrito por el chef David Geisser junto a miembros de la Guardia Suiza. En esta obra se describe cómo el Papa veía la comida como un acto de humildad y comunión, en lugar de un lujo o extravagancia. (Con información de Ambito)