La inauguración de “La Casita” de la Asociación Arco Iris fue una jornada cargada de profunda emoción, donde se vieron reflejados años de esfuerzo y trabajo comunitario. El objetivo central de esta obra es ofrecer un espacio seguro y de contención a las familias que deben dejar sus hogares para acompañar a sus hijos durante el tratamiento oncológico. Mirta Sotier, presidenta de la entidad, no ocultó su alegría ante el hecho consumado. "Estamos muy contentos", expresó, señalando la magnitud del logro: "Esto hace muchos años que nosotros decíamos que deberíamos ayudar a la familia el interior".

La casita, ubicada cerca del hospital materno infantil San Roque, es un testimonio vivo del poder de la colaboración civil. Sotier agradeció a todos aquellos que hicieron posible este espacio a través de donaciones, ferias americanas y trabajo voluntario. La presidenta dejó claro que el mérito es de la comunidad: "Todo es gracias a la gente, no solamente las donaciones, el que ha entregado, ha venido, ha golpeado nuestra puerta, nos dice ‘esto es para los chicos’. Nosotros somos un puente de colores nada más, pero realmente este logro es de la gente". La ceremonia inaugural estuvo marcada por la emotividad, con la presencia de niños recuperados y la participación de la Banda de la Policía de Entre Ríos que brindó una sentida canción al espacio.

Milton, el maestro que le dio nombre al nuevo hogar

El albergue fue bautizado como Casita Milton en honor a un niño que dejó una profunda huella en el corazón de la asociación. Mirta Sotier explicó que la elección del nombre tiene un trasfondo de enseñanza y empatía. "Milton" fue el pequeño que le enseñó una valiosa lección: "me ha enseñado que hay otro que sufre más y creo que nos fue preparando y enseñando a poder estar con esa otra persona que necesita de nuestra ayuda". Este legado de mirar al otro es el que, según Sotier, guiará la misión del nuevo hogar.

Durante la inauguración, se descubrieron placas para honrar a personas clave en la realización del sueño. Una de ellas fue para Alicia Guillermina Albornoz, la generosa donante del inmueble. Sotier destacó que Albornoz, quien "partió y dejó este mueble para los papás del interior", será recordada con mucho amor. También se rindió homenaje a Graciela Marisa, "un color nuestro muy querido que les entregó mucho amor a los chicos y que puso mucho, mucho de Sí para que los chicos sean felices".

La presidenta de la Asociación Arco Iris dirigió un mensaje directo a las familias que están atravesando el difícil diagnóstico oncológico, asegurándoles que no están solas en la lucha. Su principal compromiso es con la calidad de vida de los pequeños pacientes. Enfatizó que es fundamental que los niños puedan disfrutar de su niñez a pesar de la enfermedad.

Un mensaje de esperanza y diagnóstico oportuno

El mensaje de Mirta Sotier a las familias es de aliento y apoyo incondicional. La apertura de la Casita Milton garantiza que la ayuda no será solo emocional, sino también práctica al ofrecer un techo. "Que no están solo, que nosotros lo vamos a ayudar en lo que podamos y que bueno es una enfermedad muy difícil que hay que atravesar, pero que también los chicos necesitan y merecen recibir calidad de vida disfrutar de su niñez y que una enfermedad Como es el cáncer no se lo prohíba", declaró.

Finalmente, Sotier insistió en la importancia de la detección temprana, un pilar en la lucha de la asociación y un punto de contacto constante con la comunidad y los profesionales de la salud. De esta forma, transmitió un mensaje de esperanza y certeza para el futuro de los niños. La presidenta concluyó con una afirmación contundente: "con un diagnóstico oportuno temprano es posible" y "el cáncer infantil puede curarse". La inauguración de la Casita Milton, que refleja años de arduo trabajo, es el mejor símbolo de esa esperanza.