REDACCIÓN ELONCE
El delincuente intentó robar la batería de un auto y reaccionó con un cuchillo al ser sorprendido. Fue reducido gracias a la intervención de la madre del damnificado y varios vecinos. “Fue un impulso”, confesó el joven trabajador a Elonce.
Un intento de robo en la zona de calle Ascasubi, en Paraná, terminó con un violento enfrentamiento entre el damnificado, un joven trabajador, y el delincuente armado, que fue finalmente reducido con la ayuda de la madre del dueño del auto y varios vecinos.
El hecho ocurrió este miércoles por la noche, cuando el propietario de un Fiat Duna escuchó ruidos extraños en la puerta de su casa. Al salir, encontró a un hombre manipulando el motor de su vehículo con intenciones de robar la batería. “Mi mamá fue la primera en verlo y empezó a gritar. Cuando la escuché, salí corriendo y no medí consecuencias. Lo enfrenté y lo golpeé”, relató el joven a Elonce. "Fue un impulso", se confesó en diálogo con nuestro medio.
Durante el forcejeo, el ladrón sacó un cuchillo con el que intentó apuñalar al vecino a la altura de las costillas. “Me asusté y lo solté, pero él seguía intentando atacarme”, explicó. En el violento intercambio, resultó herido en un brazo y en la mano izquierda.
Fue en ese momento cuando su madre intervino armada con un palo de escoba y comenzó a golpear al atacante. “Ella escuchó que grité ‘me apuñaló’ y salió corriendo a ayudarme”, recordó el joven, que trabaja en un taller de herrería y también es peluquero canino.
Gracias a la participación de su madre, su primo y otros vecinos que acudieron tras escuchar los gritos, el delincuente fue reducido y detenido. “No llegó a lastimarme gravemente porque estaba muy abrigado y el cuchillo se rompió”, relató el joven, aún conmovido por lo vivido.
Ambos -madre e hijo- fueron asistidos en el hospital San Martín por lesiones menores y ya se encuentran fuera de peligro.
Consultado sobre los reiterados hechos de inseguridad en la zona, el joven expresó su frustración: “La semana pasada le robaron el estéreo y los parlantes a mi primo. Uno pone cámaras, trata de protegerse, pero sin cocheras no hay mucho más por hacer”.
Tras la difusión del video del hecho, un club local de artes marciales ofreció al damnificado clases gratuitas de defensa personal por dos meses, aunque por cuestiones laborales aún no ha podido aceptar la invitación.
