El día que murió Lucio no era la primera vez que las mujeres llevaban al nene al hospital Evita. Todo lo contrario. El chico ingresó hace pocos meses con una fractura en su mano. En ese momento, la aparente excusa que ofreció la madre a los pediatras que lo atendieron fue que se había caído de una bicicleta. Luego, figura otra entrada al mismo centro de salud, esa vez por la fractura de un dedo. Luego, los documentos registran varias entradas más, aunque se desconocen los motivos. En cuanto al resultado de la autopsia al cuerpo del chiquito, que por el momento es preliminar, figuran múltiples traumatismos, lesiones y escoriaciones. Uno de los más notorios es un golpe muy fuerte que Lucio tenía en su muslo izquierdo a la altura del cuádricep. Esa lesión tiene una antigüedad no mayor a los siete días y se cree que pudo haber sido por el impacto de un objeto contundente o, directamente, de una patada.
El cuerpo del nene de 5 años también mostraba quemaduras de cigarrillos, prácticamente, por todo el cuerpo. Estas lesiones, siempre según el análisis forense, son de larga data. Es decir, que tiene una antigüedad importante: este dato le permitió inferir a los fiscales que el chico era torturado desde hacía tiempo. Vivió un calvario. Las otras lesiones que los especialistas detectaron en la autopsia tienen que ver con mordeduras. Esas lastimaduras serían de hace pocos días. Algunas de ellas están presentes en los brazos, pero no son los únicos lugares donde fue mordido: hay también lesiones de ese tipo en otras partes del cuerpo, aunque esa información está reservada por los investigadores, publica Infobae. "No se puede determinar un traumatismo, un golpe, puntual que le haya causado la muerte. Sino que fue una multiplicidad de lesiones las que produjeron la hemorragia, y posterior muerte", explicaron desde la Justica.