"Los mismos presos insistieron en que necesitaban de un espacio para encontrarse con Dios, para lograr esa liberación interior y prepararse para reinsertarse en la sociedad", argumentó Puiggari sobre la sala que fue construida gracias al aporte de personas que prefirieron no darse a conocer. "La otra capilla estaba dentro de los pabellones, con rejas, y éste es un espacio muy alegre y con mucha luz", destacó. "Acá pueden respirar un poco más de libertad y darse cuenta que vale la pena vivir en libertad, cambiando las conductas", apuntó.
Por su parte, Marcelo Sánchez, director del Servicio Penitenciario de Entre Ríos, explicó a Elonce TV que el proceso de construcción de la sala parroquial "se inició a fines del año pasado con un trabajo que se realizó en base a una especialización y curso de formación que se dicta en el taller de albañilería de la UOCRA". Teniendo en cuenta que lo religioso siempre está ligado a la vida de los internos, Sánchez dio cuenta que desde dicha penitenciaría "cumplimos con la premisa establecida en la normativa en cuanto a la asistencia espiritual dentro del espacio físico con el que contamos". Elonce.com