REDACCIÓN ELONCE
Conocido por su paso en el turf, su amor por las bochas y por haber bautizado a Oro Verde, Felipe festejó sus 105 años en Paraná. Entre recuerdos, recitados y muestras de afecto, a Elonce compartió su secreto: fe, trabajo y gratitud.
Un festejo centenario se vivió este sábado en Paraná: Felipe Martínez celebró sus 105 años rodeado del cariño de familiares, amigos y vecinos que lo acompañaron en una jornada cargada de emoción, anécdotas y recuerdos.
Conocido por su vida ligada al turf, por ser jugador de bochas y, sobre todo, por haber sido quien bautizó a Oro Verde en la década del ’40, Felipe repasó parte de su historia y compartió consejos para llegar a su edad con vitalidad.
“Siempre trabajé desde muy chico, recorrí mucho el país y siempre con buena fe, honrado, hasta ahora he llegado así”, expresó agradecido durante la celebración en su casa de calle Provincias Unidas.
Entre risas y aplausos, también hubo lugar para un recitado que emocionó a los presentes. Su receta para la longevidad, según contó, incluye “medio vasito de vino en las comidas, no tener malos pensamientos y no ser rencoroso”.
Familiares y amigos lo describieron como un hombre trabajador, deportista, alegre y con una memoria cargada de historias. “Es el único viejo de 105 años que tenemos en Paraná”, resumió un allegado entre lágrimas de emoción.
Recordó su historia y cómo fue que bautizó a Oro Verde
Felipe, además, recordó cómo surgió el nombre de Oro Verde, cuando en los años ’40, al limpiar los campos de una estancia, propuso reemplazar la idea de llamarla “Oro Negro” por la expresión que hoy identifica a la ciudad: “Lo que está arriba es todo verde, por eso Oro Verde”.
Se recordará que el loteo de una zona de quintas que pertenecían al Raúl Mastaglia y tomó este nombre debido a la fertilidad que exponían estas tierras.
Con humor, vitalidad y rodeado de afecto, Felipe cerró su celebración agradeciendo a todos: “Un cariño para los que están mirando, los amigos y familiares. Los quiero mucho”.
