La práctica del yoga va mucho más allá del ejercicio físico. Según explicó la profesora Andrea Zorzín en diálogo con Elonce, esta disciplina ancestral puede ser una herramienta poderosa para lograr bienestar integral, abordando tanto el cuerpo como la mente.
“El yoga te va a aportar flexibilidad física y también mental, porque a medida que vamos conociendo nuestro cuerpo, vamos moldeando también nuestra cabeza, nuestra manera de ver, nuestra manera de sentirnos y de comunicarnos y expresarnos con el entorno que nos rodea, que a veces es la gente, a veces es la naturaleza, a veces el tráfico”, expresó.
Una disciplina para todas las edades
Zorzín aseguró que el yoga es una práctica inclusiva y adaptable: “Cualquiera puede hacer yoga. Tengo alumnos que venían con el bastón y les dije: ‘Te voy a patear el bastón’. Y ya pueden dejarlo en casa y venir sin el bastón”.
Para ella, el cambio comienza al permitirse escuchar el cuerpo y cuestionar los límites impuestos: “Es aprender a escucharse, es aprender a mirarse, es decir, me dijeron que esto no lo podía hacer... y entonces, el cambiarte un poco la cabeza. Por eso va la flexibilidad mental, por eso va el ‘hay otra oportunidad, hay otro camino y hay otra forma’”.
Volver a jugar como cuando éramos chicos
Una de las estrategias que Zorzín utiliza para ayudar a sus alumnos es reconectar con la infancia. “Si nosotros podemos llevar primero la cabeza a la infancia, vamos recordando los juegos que jugábamos cuando éramos chicos. Eso hace que también mi cuerpo se vaya flexibilizando, porque sin darme cuenta dejo de tener la edad que tengo y vuelvo a tener cuatro, cinco, seis, siete años”, relató con entusiasmo.
Recordó también la forma natural en que los chicos se recuperaban de una caída: “Te estrolabas contra la pared y seguíamos, o sea, era un raspón y ya está. Y que después te llamen a la hora de cenar, de eso hablábamos... que te pegaban el grito de lejos para decirte, ‘Che, vengan a comer’”.
En sus clases, Andrea incorpora técnicas que combinan el yoga con estímulos físicos de relajación, como el uso de pelotas de tenis. “No buscamos trabajar sobre el dolor puntual, buscamos trabajar los alrededores, las periferias, para que eso se vaya ablandando”, explicó.
“El uso de las pelotitas de tenis me encanta. Hacemos unos masajitos en la pared, trabajamos los deditos de los pies, abrimos todos los dedos y vamos pisando para sentir la expansión. Luego, pisamos con el metatarso y hacemos circular el pie por la pelota”, detalló.
Además, comparó el movimiento con una actividad que disfruta: “Me gusta surfear. Entonces voy llevando el tobillo hacia los lados con toda la presión del peso del cuerpo sobre la pelota”.
Una forma de reconectar con uno mismo
Para Zorzín, el yoga no es sólo una actividad física, sino un camino hacia una mejor calidad de vida. “Siempre hay forma de aliviar”, concluyó.