REDACCIÓN ELONCE
En la Explanada del Poder Judicial, frente a Tribunales, un grupo de personas se manifestaron y pidieron justicia por Sofía, una madre de dos hijos que denuncia hostigamiento de su ex pareja y padre de los chicos. Acompañan la representante legal del caso de “violencia vicaria e institucional”, la abogada Verónica Oliva, y la psicóloga Constanza Araujo. El pleito judicial se dirime en el Juzgado de Familia Nº 1, a cargo de la jueza Rosario Moritan.
“Violencia vicaria es el daño a la mujer por medio del ataque a los seres queridos. Por lo general, a través de los hijos. Es daño psicológico, que en extremos llega a la violencia física, pero el objetivo siempre es la mujer; es violencia de género pero de manera desplazada”, explicó Oliva.
En este caso, los hijos de Sofía, de 8 y 4 años, fueron “obligados a revincularse” con su padre pese a denuncias que llevan un año en curso. “La jueza considera que no son graves los hechos acontecidos porque no hay violencia física”, sostuvo Araujo.
Impacto en los menores y hostigamiento
El punto de tensión máxima ocurre a raíz de lo que la mamá entiende como falta de cuidado adecuado por parte del padre hacia uno de los hijos, que sufrió un tipo de cáncer en un ojo y que a raíz de esa situación utiliza una prótesis que debe tener cuidado higiénicos extremos. La abogada describió cómo llegan los niños tras pasar tiempo con el progenitor: “Por lo general, vienen en estado nervioso, llorando. La niña manifiesta hace un tiempo que no quiere ir con el papá porque él le habla muy mal de su mamá, le hace comentarios respecto a su vida privada, a su salud mental, a sus relaciones de pareja, a su trabajo”.
Además, el hostigamiento se extiende a través de WhatsApp, afectando emocionalmente a la niña. “Esto lleva al deterioro de todo tipo de la persona, desequilibrando el estado de la madre”, explicó la psicóloga.
Según la profesional, se trata de una contaminación emocional y afectiva que impacta también en el entorno familiar. “Se trata del deterioro con intención psíquica de Sofi. Estamos trabajando constantemente por esta agresión”, subrayó Araujo.
Violencia más allá del golpe
Oliva advirtió que la justicia tiende a subestimar los casos donde no hay violencia física: “Se interpreta la agresión solamente con un golpe y es mucho más que un golpe, hay muchas maneras de violentar a una persona y a todo un sistema familiar”.
Ambas profesionales remarcaron la importancia de la red de apoyo y la escucha judicial. “Sofía manifiesta no poder sostener más esta situación, desde lo emocional”, concluyó Araujo, destacando también la necesidad de proteger los derechos de los menores afectados.
El caso continúa en curso y refleja las dificultades que enfrentan muchas mujeres ante situaciones de violencia vicaria e institucional, donde los hijos se convierten en instrumentos de hostigamiento.