REDACCIÓN ELONCE
Julio es ladrillero, un oficio que lleva con orgullo desde hace más de 35 años, pero que también le ha dejado secuelas físicas que hoy le impiden trabajar. Sufre de hernias desde hace cuatro años y los dolores ya son insoportables. “No sé lo que es dormir”, afirma. Aunque la atención médica en el hospital es buena, los gastos previos a la operación y su imposibilidad de trabajar lo han llevado a pedir colaboración económica.
“Lo que estaba buscando es que me den una mano económicamente porque la atención en el hospital me atiende bien. No he tenido problemas en ese sentido”, cuenta Julio, quien necesita completar estudios médicos antes de ser internado. La operación aún no tiene fecha. “Por eso primero busco la ayuda para terminar mis estudios e internarme”, explica.
Para quienes deseen ayudar, el alias para enviar colaboración es clima.lente.miel, a nombre de María Silva. Julio insiste en que no es fácil pedir: “No me gusta pedir, pero no me quedó otra por tanto trabajar en los hornos”.
Una vida en los hornos y el dolor de dejar de trabajar
Con años de experiencia, Julio asegura que dejar su trabajo es emocionalmente difícil: “Tengo más de 35 años trabajando en los hornos y me cuesta cortar trabajar y vivir de esto”. El dolor, sin embargo, le impide hacer incluso los movimientos más simples: “No puedo ni agacharme”.
El impacto de las hernias no es solo físico, también afecta su vida cotidiana. Vive con dolor constante, no puede dormir y depende de la ayuda de su familia. “Tengo tres hijas que me dan una mano”, cuenta con emoción. Las hernias no solo le quitaron el sueño, también su independencia.
El ladrillo que viajó hasta el Vaticano
Más allá de su situación actual, Julio tiene una historia que lo llena de orgullo. En 2017, le entregó un ladrillo al mismísimo Papa Francisco: “Soy el chico que le entregó el ladrillo al papa Francisco. Lo llevé hasta Buenos y de ahí se fue hasta Roma y ahí volvió de vuelta. Fue en el 2017”.
Ese mismo ladrillo que representa su trabajo y sacrificio hoy también simboliza su lucha por salir adelante. “No me gusta pedir”, repite, pero su situación lo llevó a hacerlo. Quienes quieran aportar, pueden hacerlo mediante el alias clima.lente.miel, para que Julio pueda finalmente operarse y volver a descansar por las noches.