REDACCIÓN ELONCE
En el Día Internacional de la Amistad, una fecha que invita a reflexionar sobre los lazos que nos unen, la historia de Marcos Gómez y Mauro Sarubi brilla como ejemplo de compañerismo, superación y pasión compartida por el deporte.
Todo comenzó hace tres años, en el Club Patronato de Paraná. Marcos trabajaba como guardavidas y Mauro, que padece parálisis motriz, era socio del club. Un simple comentario sobre una remera del Triatlón de La Paz —de donde es oriundo Mauro— fue el punto de partida de una amistad que hoy trasciende kilómetros y obstáculos.
“Surgió la amistad sin querer. Mauro me habló, me dijo que quería correr… y ahí empezamos, paso a paso, rueda a rueda. Se nos dio la oportunidad y empezaron también a sumarse un montón de amigos”, contó Marcos a Elonce.
Desde entonces, compartieron entrenamientos, maratones y carreras. A pesar de tener una pausa cuando Marcos debió mudarse por trabajo al sur, el vínculo se mantuvo intacto, fortalecido por una pasión común: correr, pero también disfrutar el camino.
“Mis papás me enseñaron a caminar, yo aprendí a correr y Mauro me enseñó a disfrutar. Es llegar, pero no mirando el reloj, es llegar y reírnos, ser felices. Estar en el presente es lo mejor”, afirmó Marcos.
En ese sentido, dijo que “Mauro pone las ganas, la sonrisa, las ganas de vivir. A él le dijeron que no iba a vivir más allá de los 7 años y hoy tiene 35 años y sigue superando esos `no´. Pongo las piernas, pero el aliento que nos da la gente es lo fundamental para que lleguemos a la meta”.
“Mauro me ha enseñado que sí podemos. Tenemos altos y bajos, palos en la rueda, pero se puede”.
En este Día de la Amistad, la historia de Marcos y Mauro resalta el valor de estar presente, de superar límites y de celebrar la vida junto a quienes nos alientan en cada paso. Elonce.com