Se realizó una manifestación pacífica por parte de la Asamblea Ciudadana Vecinalista de Paraná, que partió desde las Cinco Esquinas e iría a realizar un largo tramo por las calles de la ciudad.

“Estamos convocando a toda la ciudadanía de Paraná para defender el Borde Costero, los pocos espacios que nos quedan. Sabemos que son muy pocos y esto es uno de los pocos que están quedando”, indicaron en primer lugar los organizadores de la iniciativa. La preocupación por la pérdida de terrenos públicos y el avance de intereses privados en zonas ribereñas ha sido una constante en los últimos años.

Los espacios en disputa incluyen sectores clave para la vida comunitaria, tanto en lo ambiental como en lo cultural y social. Quienes impulsan la defensa del borde costero advierten que el uso del río no debe quedar limitado a unos pocos. “Necesitamos el acceso al río, que los pescadores sigan habitando el borde costero porque la manera que ellos lo habitan garantiza que todos podamos acceder al río. También se generan espacios culturales, espacios de intercambio que, por la lógica de las inmobiliarias, eso no está permitido”.

Acciones colectivas en defensa del río Paraná

La movilización por la defensa del borde costero no es nueva, pero se ha reactivado con fuerza a raíz de recientes tensiones por la privatización de espacios ribereños. Uno de los momentos más significativos de esta lucha fue la “Remada en defensa del río”, un evento simbólico que reunió a más de 180 organizaciones en oposición a la apropiación privada del cauce y su entorno.

“Los remeros hicieron una parada ahí, compartimos un poco de música y entendemos que son formas de defender lo que es nuestro”, recordaron desde la organización. Estas acciones han logrado visibilizar una problemática que afecta no solo a Paraná, sino a muchas otras ciudades argentinas que enfrentan la misma amenaza: perder el acceso a sus ríos por intereses comerciales o urbanísticos.

El reclamo ciudadano se sustenta en una visión del río como bien común. Desde esta perspectiva, el borde costero no solo tiene un valor ambiental y recreativo, sino también social y cultural. Los pescadores, artistas, vecinos y trabajadores que habitan y usan diariamente estos espacios son quienes los mantienen vivos y accesibles para todos.

Denuncias por amenazas y hostigamiento a pescadores

En medio de este escenario, también se han denunciado situaciones graves de violencia hacia quienes habitan el borde costero. Alicia Glauser, una de las voces que se sumó al reclamo, hizo referencia a los ataques que han sufrido familias y trabajadores de la zona: “Le han quemado las casas. Hay un pescador en un tallercito de herramientas que ya no las tienen. Hay un montón de amenazas que se hacen a diario”.

Este tipo de hechos, además de generar temor en la comunidad costera, refuerza el reclamo por una protección integral del territorio y de quienes lo habitan. Las organizaciones exigen no solo la conservación del espacio físico, sino también la seguridad y el respeto hacia las personas que históricamente han vivido en armonía con el río.