El cielo se llenó de colores, risas y emociones en el cierre de las celebraciones por el Mes de las Infancias en el Colegio del Huerto. La comunidad educativa compartió una emotiva barrileteada en la que participaron alumnos, padres, madres y abuelos, en un encuentro que unió generaciones y dejó postales imborrables.
La directora de la institución, Marcela Godoy, expresó con alegría: “Cerramos una actividad con la familia en la que participaron niños, papás, abuelos en la construcción de un barrilete. El año pasado hicimos nuestra primera barrileteada en el marco de los 160 años de la escuela y este año redoblamos la apuesta para sumarla en un rol institucional en el cual se trabaje desde el aula para que se aborden diversos contenidos como geometría”.
Cometas de colores y recuerdos compartidos
El entusiasmo de los más chicos se mezcló con la emoción de los adultos que acompañaron. Una de las niñas contó con ternura: “Hicimos un cometa de los colores de la Virgen y lo pasamos muy lindo. Aprendimos mucho de hacer esto en familia”.
Las vivencias también quedaron grabadas en los mayores. “Fue todo un proceso, lo armamos con los niños y los abuelos, y hoy tuvimos la prueba de fuego: ver si el barrilete tomaba mucha altura. Por suerte volaron muy bien y lo pasamos hermoso. Los chicos estaban felices”, relató uno de los padres.
Volver a ser niños
El profesor de Educación Física resaltó el valor simbólico de la jornada: “El día se prestó para esta actividad, para los grandes significó revivir la infancia y también crear lazos con los chicos. Es seguir una tradición muy linda”.
Entre vuelos de barriletes, abrazos y sonrisas, la comunidad educativa del Colegio del Huerto cerró un mes de celebraciones con un mensaje claro: los mejores recuerdos se construyen juntos, en familia, con el corazón mirando hacia el cielo.