Este 30 de junio fue un día especial en los pasillos de LT14 Radio Nacional Paraná. Con emoción contenida, abrazos sinceros y recuerdos que se agolparon uno tras otro, Claudia Martínez, una de las voces más queridas del dial entrerriano, cerró su último día de trabajo tras 35 años de labor ininterrumpida.
“Llegó mi jubilación. Después de todo el trámite que implica este momento, hoy fue mi último día de trabajo. Me voy agradecida con todos”, compartió con Elonce
Nacida el 24 de octubre en Paraná, Claudia comenzó a estudiar Comunicación Social en 1983 y, en 1991, dio su primer paso en LT14. Desde entonces, supo forjar una carrera versátil que incluyó colaboraciones en FM locales, Canal 11 y otros medios de la ciudad. Pero siempre, su corazón estuvo en la radio pública.
Una periodista todo terreno
“Comencé como locutora, luego fui periodista y tuve la suerte de trabajar con grandes referentes. Aprendí muchísimo”, expresó.
Claudia fue pionera en la manera de hacer móviles de exteriores, rompió estructuras rígidas sin dejar de lado el rigor periodístico. “Siempre fui muy disciplinada para el trabajo. Me levantaba temprano, le ponía garra y dedicación. Sentía que informar era una responsabilidad enorme”, afirmó.
“No puedo imaginarme sin el periodismo. Es algo que traigo desde chica”, reconoció.
Según contó en alguna oportunidad, su amor por la radio nació en la infancia: “Mi mamá me contaba que jugaba a ser locutora debajo de la mesa, que me armaba cámaras con cajas y palos de escoba. Teníamos un toldo que usaba como telón y yo era la presentadora”.
Vocación, resiliencia y legado
A lo largo de su carrera, Claudia Martínez atravesó duros momentos personales. “Perdí a mi mamá, a mi hermana, a mi sobrino. Tuve que reconstruirme desde esta radio, que fue mi casa. Si no fuera por los oyentes y mis compañeros, no sé si hubiera salido adelante”.
Recordó especialmente a su madre: “Fue la oyente más linda que tuve en toda mi vida. Cuando ella falleció, un psicólogo me dijo que era resiliente. Creo que ese espíritu se lo debo a mi entorno”.
Actualmente, Claudia continúa dando clases de Lenguaje y Comunicación en la formación policial provincial. “Es una experiencia maravillosa. Me ha renovado. He tenido que resetearme muchas veces en la vida, y ahora estoy en eso otra vez. Un amigo que vive en Estados Unidos me dijo: ‘Ahora es momento de resetearte’. Y así lo siento”, compartió.
Más allá del micrófono
Consciente de que el final de una etapa también puede ser el inicio de otras, Claudia proyecta nuevos caminos: “Siempre supe que si me dedicaba a la política o a la comunicación institucional, iba a ser después de mi jubilación para no mezclar roles. Ahora tengo esa posibilidad”.
También participa en Radio Plaza, donde colabora semanalmente, y anunció que prepara una compilación de sus entrevistas para el sitio Análisis Digital, por sugerencia de Daniel Enz. “Será una forma de reunir tantas voces y momentos que viví en todos estos años”, dijo.
Una generación con oficio
Quienes compartieron trabajo con Claudia la definen como una periodista de calle, intuitiva, comprometida, solidaria y generosa con las nuevas generaciones.
“Claudia pertenece a una generación de periodistas que sabe dónde está la noticia. Tiene sensibilidad con la gente y no espera que la información llegue: sale a buscarla”, expresó un colega.
A sus 61 años, Claudia dice adiós al trabajo formal, pero no a su pasión. “Ahora quiero dedicarme a mí, a mi familia, a mi papá. También quiero quedarme en casa durante la mañana, tomar mates tranquila, disfrutar sin relojes”, confesó.
Sobre el presente de la radio, no oculta su preocupación: “Es un poco triste. Se fueron muchos compañeros, no tenemos FM, redes ni sitio oficial como antes. La radio está pasando un momento difícil. No es la imagen que quería ver al irme”.
La periodista se despidió reconociendo que la radio fue su casa y el micrófono, su manera de estar en el mundo. “Es un trabajo que amé y que voy a recordar toda la vida. Siempre traté de dejar lo mejor de mí”, concluyó.
Claudia Martínez deja los pasillos de LT14, pero su voz queda para siempre en el recuerdo de quienes la escucharon, la leyeron o aprendieron con ella. Porque hay periodistas que hacen historia desde la pasión, y ella es una de ellas.