

En un nuevo episodio de la prolongada guerra comercial, China decidió aumentar los aranceles que impone a los productos importados desde Estados Unidos, llevándolos hasta un 125%. La decisión fue anunciada este viernes por la Comisión de Aranceles Aduaneros del Consejo de Estado de China. El anuncio se produce luego de que Estados Unidos elevara al 125% los "aranceles recíprocos" sobre las importaciones chinas. Con este nuevo aumento, el total de los aranceles impuestos por la administración de Donald Trump a China alcanza el 145%, lo que refleja la creciente tensión en las relaciones comerciales entre ambas potencias.
Este ajuste por parte de Pekín se da en un contexto donde la guerra comercial parece no tener fin, con ambos países escalando medidas punitivas que afectan a una gran variedad de productos. El miércoles pasado, el presidente de EE.UU. había confirmado que el gigante asiático enfrentaba aranceles de un 125%, pero no incluyó el 20% adicional relacionado con la producción de fentanilo, un tema sensible que ha formado parte de las discusiones comerciales entre ambos países.
A raíz de este contexto, Beijing decidió llevar sus propios aranceles desde el 84% al 125% a partir del sábado próximo. La medida pone de manifiesto la firme postura de China en respuesta a lo que considera una violación de las normas internacionales y una práctica de "intimidación y coerción" por parte de Estados Unidos.
Pekín considera que las medidas estadounidenses son "una broma histórica"
La Comisión de Aranceles Aduaneros del Consejo de Estado de China no tardó en emitir una declaración en la que expresó su firme rechazo a la imposición de aranceles por parte de EE.UU., acusando a la administración estadounidense de actuar de manera unilateral y violar las normas económicas y comerciales internacionales. "La imposición estadounidense de aranceles excesivamente altos a China viola gravemente las normas económicas y comerciales internacionales, va en contra de las leyes económicas básicas y el sentido común, y no es otra cosa que intimidación y coerción de carácter unilateral", afirmó la comisión en un comunicado oficial.
Asimismo, en una crítica tajante a las políticas de aranceles de EE.UU., la comisión señaló que "incluso si Estados Unidos impusiera aranceles aún más altos, ya no tendría sentido económico y, en última instancia, se convertiría en una broma en la historia de la economía mundial". Esta declaración subraya la creciente irritación de Pekín ante lo que considera una política errática por parte de Washington, que podría agravar aún más la situación económica mundial.
China también se mostró dispuesta a tomar medidas enérgicas en caso de que la situación empeore. "Dado que ya es imposible para el mercado chino aceptar las importaciones estadounidenses con el nivel arancelario actual, si Estados Unidos impone más aranceles a los productos chinos, China lo ignorará", advirtió la comisión. "Sin embargo, si Estados Unidos persiste en socavar sustancialmente los intereses de China, el país adoptará contramedidas firmes y luchará hasta el final", concluyó el comunicado.
Las tensiones políticas y económicas afectan a los mercados internacionales
El conflicto no solo tuvo repercusiones políticas y económicas entre China y Estados Unidos, sino que también ha tenido un impacto en los mercados financieros internacionales. Durante el día viernes, las bolsas europeas cayeron a territorio negativo, reflejando el creciente nerviosismo por la prolongación de esta guerra comercial. A pesar de que las plazas europeas comenzaron la jornada con ganancias, los índices pronto cayeron: Frankfurt bajó un 1,38%, Milán un 1,37%, París un 0,85% y Londres un 0,34%.
El dólar estadounidense también sufrió pérdidas importantes, profundizando su caída respecto al euro. En el último mes, la moneda estadounidense ha perdido más de un 5% frente al euro, lo que subraya la volatilidad generada por el conflicto comercial en curso. Este contexto ha elevado las preocupaciones sobre las consecuencias a largo plazo de la guerra comercial para la economía global, afectando la estabilidad de los mercados financieros y la confianza de los inversores.
En medio de esta tensión, el presidente chino, Xi Jinping, ofreció una reflexión sobre el impacto de la guerra arancelaria. "No hay ganador en una guerra arancelaria", afirmó el mandatario durante una reunión con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. Xi también resaltó que "ir contra el mundo solo acabará en el autoaislamiento". Este comentario refleja la postura de China frente a la política de confrontación de Estados Unidos, subrayando la confianza de Pekín en su modelo económico a largo plazo, basado en la autosuficiencia y la resiliencia.
En su intervención, Xi destacó el desarrollo económico de China en las últimas décadas, afirmando que "China ha logrado el desarrollo a través de la autosuficiencia y la lucha ardua, nunca confiando en las misericordias de los demás, y mucho menos temiendo ninguna supresión irracional". También reiteró la postura oficial de su gobierno al afirmar que "no importa cómo cambie el mundo exterior, China se mantendrá confiada y centrada en manejar bien sus propios asuntos".