Acompañada de su abogado Carlos Nayi, la joven de 26 años cumplió con los adelantos de que iba a declarar y a responder preguntas. Los periodistas que montaron guardia para tratar de obtener algún dato debieron permanecer frente al despacho de la fiscalía entre las 9.30 y las 17.
Fueron tantas las horas de la declaración que se conocieron algunos detalles de la coartada de la mujer, quien eligió denunciar a la víctima para exculparse de la mutilación.
Debió explicar esos dos grandes "hechos", la supuesta violación y el acto que la llevó a la cárcel. Las fuentes judiciales sostienen que ese prolongado testimonio sonó poco creíble y que se apreciaban signos de haber sido "libretado". El relato de una réplica a una violación perdió consistencia ante la más elemental repregunta.
Varias veces, la requisitoria de la fiscal habría descolocado a la imputada, sostienen esas fuentes consultadas por el diario La Voz de Córdoba. De esta manera, el "ataque sexual", como viene sosteniendo la defensa, tiene muchas dificultades para que germine en el seno de la investigación.
Ayer, la joven repitió lo que venía sosteniendo Nayi: que, mientras era sometida sexualmente, consiguió tomar la tijera que estaba debajo de la cama. Según las fuentes, no sonó creíble otra reiteración de lo que se venía diciendo días antes: que accionó la tijera sin saber qué cortaba.
A raíz de la prolongada declaración y debido al agotamiento de B.B., se postergó la segunda jornada del peritaje multidisciplinario en presencia de la psicóloga y de la psiquiatra forenses.
Estas especialistas ya iniciaron la prueba a comienzos de esta semana y pidieron una segunda entrevista para brindar el dictamen sobre si B.B. comprendió lo que estaba haciendo cuando cortó los genitales de S.F.
La declaración del mutilado
Por otra parte, una funcionaria de Croppi también se trasladó al domicilio del hombre de 40 años, quien antenoche recibió el alta del Hospital de Urgencias luego de la intervención quirúrgica que le salvó la vida y reconstruyó los tejidos seccionados.
La declaración de S.F. se realizó en un ámbito distendido, y fuentes cercanas a su entorno indican que el testigo pudo hablar con total tranquilidad.
Su versión de los hechos volvió a ser la misma del comienzo. S.F. señaló que conocía a B.B. desde el año pasado. Otras fuentes indican que ambos tenían una relación sentimental que incluía salidas juntos a reuniones sociales.
Respecto del cruento incidente, el hombre repitió cómo ocurrió. Todo comenzó cuando ella le propuso: "Te doy lo que me pidas. . . si te tapás los ojos". Fue entonces cuando lo atacó, según sus dichos.