La circulación adelantada de la variante H3N2 subclado K genera un aumento inédito de contagios, presionando los sistemas de salud en varios países.
El invierno en el hemisferio norte ha comenzado con una ola de gripe mucho más temprana y extendida de lo esperado. En países como Estados Unidos, Alemania, España, Francia y el Reino Unido, los sistemas de salud están enfrentando una presión inédita debido al rápido avance de la variante H3N2 subclado K.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el inicio de la temporada gripal se adelantó entre tres y seis semanas, lo que ha resultado en un aumento significativo de los casos. En España, por ejemplo, la tasa de gripe se ha disparado a 112,2 casos por cada 100.000 habitantes, casi diez veces más que en el mismo periodo del año pasado. A esto se suma la circulación simultánea de otros virus respiratorios, como el SARS-CoV-2 y el virus respiratorio sincitial (VRS), lo que agrava aún más la situación sanitaria.
H3N2 subclado K: una variante más transmisible y evasiva
La variante H3N2 subclado K, que actualmente domina en varios países, presenta varias mutaciones en su cápside externa, lo que le permite evadir parcialmente la inmunidad tanto natural como la generada por las vacunas actuales. Los expertos indican que esto ha incrementado la transmisibilidad del virus, especialmente en ambientes cerrados y poco ventilados. Esta nueva variante afecta principalmente a niños pequeños, adultos mayores y personas con condiciones crónicas.
Los síntomas son similares a los de la gripe estacional, como fiebre alta, dolores musculares, tos seca y fatiga. Sin embargo, su capacidad para propagarse rápidamente está aumentando los temores de un pico de infecciones que podría prolongarse hasta la primavera. Los médicos advierten que el cuadro clínico puede confundirse fácilmente con COVID-19, por lo que se recomienda la realización de pruebas combinadas para un diagnóstico preciso.
Sistemas de salud bajo presión y recomendaciones sanitarias
La simultaneidad de la gripe, el COVID-19 y el VRS ha creado una saturación inédita en los hospitales de países como Estados Unidos, Alemania y el Reino Unido. Los centros de salud se están viendo obligados a implementar protocolos de emergencia para atender la alta demanda de pacientes, como el refuerzo de personal médico y la creación de zonas de aislamiento para pacientes con síntomas respiratorios.
Además, se han intensificado las campañas de prevención, que incluyen el uso de mascarillas y el aislamiento de personas con síntomas gripales, especialmente en lugares de alta concurrencia como escuelas y hospitales. Las autoridades sanitarias insisten en que, a pesar de que la protección de las vacunas frente a la variante H3N2 subclado K puede ser menor, la inmunización sigue siendo fundamental para reducir hospitalizaciones y evitar complicaciones graves.
Acciones preventivas y el llamado a la vacunación
Ante este brote, los expertos recomiendan tomar medidas preventivas esenciales para reducir el riesgo de contagio. Entre ellas destacan la vacunación, especialmente para los grupos más vulnerables, como adultos mayores, niños pequeños, personas con enfermedades crónicas y profesionales de la salud. También se subraya la importancia de usar mascarillas en espacios cerrados, mantener una adecuada ventilación y practicar el lavado frecuente de manos. A pesar de que la vacuna puede no ofrecer una protección total contra la nueva variante, sigue siendo una herramienta crucial para reducir el impacto de la gripe.
Los especialistas también aconsejan consultar al médico ante síntomas graves, como fiebre alta persistente o dificultad para respirar, y evitar la automedicación, especialmente con antibióticos, ya que estos no son efectivos contra los virus gripales.