Sociedad Rosario

Picada de autos que se cobró dos vidas: sigue grave quien los chocó de frente

Germán S. se fracturó una costilla que le perforó un pulmón. Además, se dañó el intestino, lo que le provocó una infección general. Los fiscales esperan que se recupere para imputarlo.
Germán S., el joven que el sábado pasado manejaba el Renault Sandero que impactó de frente en la zona sur contra el Citroën C3 de la familia Pizorno y causó la muerte de David (43), su hijo Valentino, de ocho años, y lesiones gravísimas a la madre del pequeño, Cintia, permanece internado en terapia intensiva del Sanatorio Laprida.

Según revelaron fuentes judiciales, a raíz del fortísimo impacto, Germán S. sufrió la fractura de una costilla, lo que le dañó un pulmón. Además, tuvo daños en el intestino, que le provocaron una infección general que motivó su derivación a una unidad de terapia intensiva. Los fiscales Valeria Piazza Iglesias y Walter Jurado esperan que se recupere para poder imputarlo bajo la misma carátula que Pablo M, el otro joven que protagonizó la picada mortal y al que se le dictó el martes pasado prisión efectiva sin plazo tras la imputación de homicidio simple con dolo eventual y lesiones gravísimas.

Germán S. manejaba el Renault Sandero negro que impactó de frente el auto de la familia Pizorno. Es contador, trabaja en una importante prepaga de salud y también sería prestamista. Tiene dos hijas pequeñas, una de las cuales tiene una discapacidad y por la que hace algunos años inició una campaña solidaria en redes sociales para costear onerosos tratamientos médicos en el exterior. Es fanático de River y solía viajar con la filial rosarina al Monumental.

El viernes a la noche, antes de la tragedia, salía de cenar del Club de Paddle Utopía junto a Pablo M. y otras cuatro personas que conocen desde niños. Cuando cerró el lugar, ubicado en Castro Barros e Hilarión de la Quintana, Pablo M. los invitó a su casa a jugar a la Playstation. No habían tomado alcohol ni consumido estupefacientes, lo que fue corroborado por exámenes posteriores. De hecho, en la audiencia el defensor de M. dijo que no bebe. Ninguno tiene antecedentes penales.

Minutos después, ambos se habrían desafiado a correr una carrera clandestina que se transformó en una trampa mortal para la familia Pizorno. Los fiscales intentan demostrar que en la esquina de avenida Del Rosario y Ayacucho, el auto que conducía Pablo M. rozó al de los Pizorno, lo hizo girar y allí recibió el impacto frontal del Renault Sandero de Germán S.
La Capital.
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