Policiales Saltó un tapial por la noche

Se fugó un interno de la cárcel de Paraná: Cumplía una pena por dos homicidios

Se trata de un hombre que cumplía una pena de 22 años de prisión por dos homicidios cometidos en la capital entrerriana. Fue condenado en 2006 y en noviembre, comenzaría a cumplir con las salidas transitorias de carácter condicional.
Un interno de la Unidad Penal Nº1 de la ciudad de Paraná, se fugó de la cárcel tras saltar un tapial en la noche de este domingo, supo Elonce. Se trata de Guillermo Ibarra que cumplía una pena de 22 años de prisión por dos homicidios cometidos en la capital entrerriana.
El inspector General, Marcelo Rubén Sánchez, director del Servicio Penitenciario, reveló a Elonce que Ibarra estaba alojado en lo que se denomina la "Casa de Pre Egreso", es decir, donde se encuentran los internos que gozan de salidas transitorias.
El funcionario penitenciario dijo a Elonce que Ibarra estaba "con un régimen de salidas los fines de semana. Tenía permitido salir 08 horas y solamente iba al domicilio de su pareja, acá en Paraná", dijo Sánchez.
En referencia a cómo se fugó, Sánchez explicó a Elonce que "el custodio que estaba en el lugar lo ve y dispara preventivamente, pero el interno salta un tapial hacia una casa vecina".
Guillermo Ibarra.

La historia del fugado tiene varias apostillas para comentar. Se sabe que Guillermo Ibarra asesinó a Pedro Cabaña y Ramón Miño en octubre y noviembre de 2004. La Sala 2 de la Cámara del Crimen lo condenó a prisión perpetua.
Posteriormente, el Superior Tribunal de Justicia de la provincia, rechazó el Recurso de Casación de la defensa, pero la Corte Suprema de la Nación, ordenó revisar la sentencia.
En el año 2010, el STJ revocó la perpetua y lo condenó a 22 años de prisión, al recalificar el delito.
Esa es la pena que cumplía desde entonces y según indicaron fuentes policiales, Ibarra comenzaría a cumplir con las salidas transitorias de carácter condicional, en el próximo mes de noviembre del corriente año.
Dos homicidios
El miércoles 20 de octubre de 2004, Paraná amaneció con la noticia de un nuevo homicidio: la noche anterior Guillermo Ibarra había matado a Pedro Ramón Cabañas, en el depósito municipal del Parque Urquiza. La autopsia determinó que tenía cortes en distintas partes del cuerpo y que murió calcinado. El móvil, según la investigación, habría sido una deuda de cinco pesos por la venta de una bicicleta robada.

Dos semanas después, el 3 de noviembre, hallaron el cuerpo sin vida de Ramón Alejo Miño. Ibarra lo ató de pies y manos, lo apuñaló e incendió su precaria vivienda con el cuerpo de Miño adentro.
En junio de 2006 se desarrolló el juicio, donde el Tribunal integrado por Raúl Perotti, Juan Ascúa y Raúl Hérzovich encontró a Ibarra culpable de los delitos de Homicidio Simple, Homicidio Agravado por alevosía y Amenazas calificadas por el uso de arma, y lo condenó a prisión perpetua.
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