"Rodrigo nos mostró que ni siquiera la medicina es precisa. En la lucha contra todos los pronósticos negativos, Rodrigo nos mostró que tiene muchas ganas de vivir. Es un bebé guerrero", expresó el padre del menor, Constantino Alves, durante una misa en honor al cumpleaños de su hijo.
En 2019, los padres del niño denunciaron al obstetra a cargo del proceso de gestación por no advertir previamente la condición de su hijo, asegurando que el feto se encontraba "bien" y no presentaba ninguna anomalía. "El día del bautismo fue muy triste, parecía una despedida. Estábamos alrededor de la incubadora", mencionó la madre del niño, Marlene Simao, al recordar la tradición religiosa realizada en la unidad de cuidados intensivos del hospital cuando Rodrigo tenía solo tres días de nacido.
Asimismo, la progenitora comentó que debido a la pandemia, no pudieron llevar a cabo una mayor celebración por el cumpleaños de su hijo, señalando que "la fiesta no es tan grande como imaginamos debido al covid-19, pero lo celebramos. No sabemos lo que pasará mañana".
Un médico con un historial polémico
El caso de Rodrigo destapó un historial de negligencia médica que escandalizó a Portugal. Sus padres fueron atendidos durante todo el embarazo por el mismo obstetra, Artur Carvalho, en una clínica privada donde se realizaron hasta tres ecografías. Aunque en ninguna de ellas el médico percibió que hubiera malformaciones en el feto.Pero cuando le realizaron una ecografía 5D en otra clínica supieron sobre el verdadero estado de su futuro hijo. Le llevaron ese estudio al obstetra, que lo desvalorizó y les garantizó que no había ningún problema.
El presidente de la Sociedad Portuguesa de Obstetricia y Medicina Materno-Fetal Luís Mendes Graça dijo en diálogo con la agencia Efe que "el bebé sin rostro" presentaba "una malformación tan obvia que cualquier clínico que esté formado en ecografía obstétrica no podía dejar pasar". Actualmente Carvalho está suspendido y tiene hasta cinco procesos disciplinarios abiertos.