Crédito: Paparazzi
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-¿Cómo llegaste y con qué expectativas a Buenos Aires?
-Cuando terminé el colegio, a los 18, me vine a vivir a una pensión para estudiantes porque quería dedicarme a la actuación. El primer año ya me convocaron para una novela, empecé a trabajar como bailarina del staff de Diego Torres, donde estuve dos años y medio, y hasta me abrí una escuela de baile, hasta que llegué a Combate. Siempre seguí estudiando danza, canto y actuación?
-¿De las tres profesiones, cuál es tu preferida?
-Las tres me gustan y creo que todo está relacionado. Te subís a un escenario a cantar y con el cuerpo bailás y a la vez tenés que interpretar lo que dice la letra.
-¿Esto que contás tiene que ver con el nuevo proyecto?
-Sí, estoy armando una banda que se llama Rebela2 y que va a dar mucho que hablar, ya van a ver. El ritmo es cumbia-pop, un género que en Uruguay anda muy bien, allá saben trabajarlo, y por eso estoy yendo seguido a grabar. La voz masculina es del uruguayo Andy Rey, y el corte difusión se llama "Me cansé".
-No, para nada. De hecho la pensión era hermosa, pero estaba en el barrio de Once, en una zona horrible, pero como soy muy sociable me adapté enseguida. Hablaba con la más cheta, la que nadie se bancaba, y también con las chicas más sencillas. Fue una etapa muy divertida. Aparte yo llegué con los objetivos claros. No paraba de tomar clases e ir a cuanto casting se me presentaba.
-Llegaste muy chiquita, con tu desafío a cuestas en un rubro en el que muchas chicas sufren propuestas indecentes
-Sí, se me insinuaron en más de una oportunidad, pero enseguida se dan cuenta, quién se presta y quién no. Yo soy sociable, amiguera, pero eso no quiere decir que vaya más allá. En mi caso, repito, más allá de insinuarse, siempre me trataron con respeto.
-No quiero hablar.
-¿En esa ocasión hubo acoso?
-De verdad, no hablo. Es gente muy pesada, es peligroso y no la pasé bien. Cambiemos de tema. Hablo de lo que sea, pero de eso no.
-¿Estás de novia?
-No, estoy sola. No salgo con Cristián U, como se especula. Somos muy amigos y nada más.
-En las redes sociales no paran de elogiarte, supongo que candidatos sobran.
-Sí, pero estoy en una etapa en la que el trabajo tiene prioridad. Apenas llegué a Buenos Aires me puse de novia hasta los 24, incluso hasta convivimos. Fue un amor muy fuerte y necesito de este tiempo de estar sola. Lo que tengo en claro es que no quiero estar con gente del ambiente, prefiero un chico sencillo, que me haga reír. En el mundo del espectáculo me da todo muy ficticio. Quiero que se enamoren de mí a cara lavada y no de la que sale en televisión.
-¿Esto que les está pasado a Fede Bal y Barbie Vélez, cómo lo vivís?
-Viví algo similar con mi ex. Al principio de la relación éramos de tenernos celos. En realidad él era extremadamente celoso, desconfiado, y eso me fue enfermando a mí, me llevó a pagarle con la misma moneda. Le reprochaba todo, como él hacía conmigo. De la chica divertida pasé a ser una enferma de los celos. Creo que es una enfermedad, y cuando te volvés igual que la otra persona puede ser peligroso. Gracias a mis amigas, que me abrieron los ojos, pude salir.
-¿Llegaron a la agresión física?
-No, a eso no. Pero sí a gritarnos y decirnos de todo. Yo había perdido contacto con mis amigos porque él no me dejaba salir. Eso no es vida y tiene fecha de vencimiento.
-¡Ay, Dios! En realidad al celular no me llega nada, se ve que mi número no lo tienen. Me escriben por las redes sociales. Yo creo que es porque tienen mucho tiempo libre, agarran la Paparazzi y empiezan a ver cuál les gusta y cuál no.
-¿Te interesaría pasar por ShowMatch?
-Me interesa, porque soy bailarina. Creo que es un show en el que te podés lucir. Debe ser una experiencia única que me gustaría experimentar, pero bueno, ellos se lo pierden.
