La conductora paranaense repasó momentos profundos de su niñez y narró cómo la atravesó la enfermedad de su papá. Con el paso del tiempo, logró transformar el miedo y la confusión en comprensión y amor.
La paranaense Maju Lozano decidió volver sobre un capítulo íntimo de su historia personal y, con una honestidad conmovedora, habló sobre la infancia compleja que atravesó.
Allí relató cómo la enfermedad de su papá atravesó su crecimiento, dejando huellas que hoy puede mirar con madurez y con una sensibilidad diferente. “Tuve que aceptar que tenía un papá enfermo”, confesó, una frase que resume un largo camino de aceptación y de reconstrucción familiar.
Con una mezcla de ternura y crudeza, Maju explicó que de niña no sabía cómo interpretar lo que ocurría puertas adentro en su casa. “Mi papá era bipolar, así que fue una infancia bastante cruda, sobre todo porque en ese momento se sabía muy poco. Fue una vida muy atormentada por sus crisis, sus internaciones largas, sus curas de sueño”, recordó.
“Era un señor que se sacaba, rompía todo”
La conductora rememoró que, durante muchos años, convivir con los cambios de ánimo y las crisis fue parte de su vida cotidiana. Contó que su mamá trataba de explicarle que su papá estaba enfermo, pero que para una nena era muy difícil comprenderlo.
“Mi mamá me decía: ‘Papá está enfermo’. Enfermo, ¿qué? Porque para mí era un señor que se sacaba, rompía todo, te cagaba a trompadas, qué sé yo”, relató, revelando el desconcierto y la confusión que atravesó de pequeña.
Esa mirada infantil, marcada por el miedo y la incomprensión, con los años se transformó gracias al trabajo terapéutico y a un proceso personal que le permitió reconstruir su vínculo familiar desde otro lugar. “Uno tiene una mirada más tierna con los padres”, dijo con emoción.
Del miedo a la comprensión
En su relato, Maju también contó que durante mucho tiempo tuvo miedo de parecerse a su papá. “Yo decía: ‘No soy igual a papá, porque papá está loco’”, admitió. Sin embargo, con los años descubrió que parte de su esencia —y especialmente su humor— proviene de él.
“Creo que mi humor tiene que ver con él. Lo tengo intacto”, reflexionó, reivindicando aquellos aspectos luminosos que también formaron parte de su padre.
La actriz destacó que trabajó mucho para poder comprender la historia completa de su familia. “Laburé mucho para poder comprender a mi mamá y a mi viejo, para entender que mi papá era un todo, que no era solo un papá enfermo”, explicó, subrayando un proceso de sanación que le permitió mirar el pasado desde el amor y no desde el dolor. (Fuente: Caras)