Podremos encontrar un sinfín de opciones de perfiles. Más coloridos, monocromáticos, con fotos o ilustraciones, videos, reels o imágenes estáticas. No hay una regla de qué y cómo mostrar y estamos todos experimentando en todo momento.
La comunicación está en el ojo de la tormenta. Algunos utilizan estos espacios meramente para ventas, otros como diario íntimo, o, lo que más nos gusta a nosotros, como contadores de experiencias.
Sea cual sea la forma o el motivo, la presencia en redes es fundamental a la hora de mostrarnos y captar nuevos clientes. Si no estamos no existimos, nadie nos conocerá y será muy difícil que nuestro proyecto funcione.
Frente a esta necesidad, surgieron nuevas especializaciones y necesidades, como la de donde estudiar community manager. Con ellas, podemos profesionalizarnos y adquirir herramientas para poder aprovechar estos espacios y convertirlos en canales de ventas de experiencias.
La importancia de lo que contamos
Como dijimos, las redes sociales son nuestra carta de presentación y la de nuestros proyectos. Y, si bien nunca hay que juzgar a un libro por la tapa, no vamos a mentirnos, muchos seguimos haciéndolo. La primera impresión, importa.Esto se debe a que son espacios meramente visuales. Lo primero que llega a los usuarios es la imagen que les devuelve la pantalla. Si no gusta, difícilmente se queden leyendo el texto descriptivo, mucho menos ingresarán al perfil o efectuarán una compra.
Nuestra estética debe ser atrapante. Brindar información, la suficiente para que se entienda, pero no tanto como para que quieran seguir viendo nuestro contenido. Si es confusa o rebuscada no hará más que alejar a nuestro seguidor.
A la hora de plantear una estrategia en redes sociales es necesario conocer a nuestro cliente potencial, aquel al que queremos llegar. Nos permitirá entender qué quiere y qué consume.
Pero además de eso, nosotros tendremos que enamorarnos de lo que estamos mostrando. Si no nos gusta nuestro contenido, se notará. A la larga, será muy cuesta arriba continuar proyectando en él.
Vender experiencias
Recomendamos apuntar a contar experiencias. ¿Qué es lo que queremos generar con nuestro proyecto? ¿Qué significa ser parte y adquirir uno de nuestros productos o servicios? Esto, sin tener necesariamente en cuenta su funcionalidad, sino su significado más profundo.
No olvidemos que lo más importante es darles a nuestros usuarios un motivo por el cual seguirnos. Estas plataformas son espacios de ocio para quienes no las usan como herramienta laboral. Si algo los aburre lo eliminarán tan rápido como lo que tardan en apretar el botón de “unfollow”.
Sabemos que este no es el camino fácil, llevará tiempo y trabajo, pero estamos seguros que es el más redituable.
Nada es magia
El secreto de las redes sociales es invertir tiempo. Una buena estrategia no puede llevarse adelante, así como así, subiendo un post de vez en cuando. Estos espacios son presencia y constancia.Para generar interacción y alcance de forma orgánica esta inversión no monetaria es indispensable. Si no somos capaces de hacerlo, contar con un profesional podría ser la solución.
Además, al momento de contactarnos con los usuarios, tenemos que asegurarnos de que nuestro lenguaje esté alineado con la identidad de nuestra marca. Esta respuesta y seguimiento de comentarios y mensajes, es súper importante para mantener al usuario “enganchado”.
Y si bien podemos invertir dinero en publicidad para que aumente, rápidamente, el alcance de nuestra cuenta o de nuestras publicaciones, este accionar por sí solo, no nos asegurará la fidelización de los clientes. Sin un buen trabajo de branding y seguimiento, se irán tan fácilmente como llegaron.
Por eso, hay que darle a estos espacios la importancia que se merecen. A la larga, estaremos más que agradecidos de habernos enfocado en esto. Será redituable y veremos sus frutos.
