Sociedad Juicio por abusos

El duro relato de otra víctima del cura Ilarraz

Este martes declaró otra víctima de los supuestos abusos del cura Ilarraz y se descompensó al recordar lo vivido y dijo a Elonce TV que "fue muy difícil volver a revictimizarte. Me sentí como el chico de 13 años que estaba en el Seminario"
Maximiliano Hilaraza vive en Chile desde hace 20 años y en la segunda jornada del juicio contra el cura Justo José Ilarraz por los supuestos abusos ocurridos en el Seminario, sufrió una descompensación al recordar lo sucedido cuando era menor.

Tras su declaración, habló con Elonce TV y contó que "fue muy difícil tener que sentarte y volver a revictimizarte, tener que responder una batería de preguntas por todos lados. No se cuántas horas estuve, para mi fueron 80, se sienten como si fueran el doble". "Me sentí como el chico de 13 años que estaba en el Seminario y no como el hombre de 40 que soy. En el cuarto intermedio lloré como un pend..., me desvanecí por un ataque de asma porque por el hecho de contar me temblaban los pies, me temblaba todo", relató Maximiliano.

Y prosiguió: "A medida que relatás los hechos, se vienen imágenes, olores, un montón de cosas. En mi caso, cuando empecé a hablar sentí que alrededor no había nadie, estaba en la situación, en el pabellón, mi mente estaba en ese entonces".

Consultado sobre una de las posturas de la defensa de Ilarraz, que sostiene que las víctimas están "organizadas", Hilaraza señaló que "es mentira. Yo me fui del Seminario y pasaron 30 años. Después me fui a Chile y no tenía ni idea. A Fabián (Schunk) lo vi ahora, al principio no lo conocía hasta que se presentó. Con algunos compañeros nos volvimos a encontrar después de 30 años y la verdad que fue gratificante, porque coincidimos en el relato sin haber tenido una charla previa y estamos contentos". Por otra parte, y sobre el paso del tiempo hasta que los supuestos abusos salieron a la luz, Maximiliano manifestó que "eran otras épocas. Antes no se podía hablar abiertamente e ir en contra de un sacerdote porque era mal visto, la gente te repudiaba, no te iban a creer, nos iban a decir que perseguíamos otros fines y hay que tener en cuenta que la maquinación de Ilarraz estaba metida en la familia y no podíamos contar porque estaba sistemáticamente en nuestras casas, lo hacía conmigo y con el resto de los compañeros, buscaba tus debilidades y se aprovechaba".

"Espero que se lo condene y que a partir de este caso, toda otra persona que sea víctima de abuso sexual infantil pueda denunciar", indicó.
Pericia caligráfica
Durante esta jornada, la jueza Alicia Vivian dispuso una pericia caligráfica sobre una serie de cartas que una de las víctimas habría enviado al cura y que ofician como prueba en el debate.

Al respecto, Maximiliano afirmó que "son cartas que supuestamente yo le había escrito a Ilarraz, las leí pero no coincidían, a mi parecer, con mi letra. Los contenidos no eran congruentes con la vida que había llevado tanto en Argentina como en Chile, por lo tanto las negué, se pidió un perito caligráfico y hay que esperar los resultados. Independientemente de ello, demuestra la prohibición que tenía el cura de acercarse a las víctimas cuando fue trasladado a Tucumán y el siguió escribiéndonos, no sólo a mi sino a mi familia, mandando postales y es una forma de abuso psicológico". Elonce.com
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