Durante su paso por la universidad se encontró con un grupo “muy lindo de compañeros y profesores que me acompañaron en este camino. Conocí gente muy buena”.
Seguidamente agregó que “recibí muchos mensajes de colegas, amigos y personas felicitándome, porque recibirse a mi edad, es raro. Pero un profesor me dijo que no era una mujer grande, que era adulta. Con él rendí mi última materia, me costó, pero la pude aprobar”. Según contó Hilda siempre le gustó estudiar. “Me decidí cuando volvía de viaje con mi marido. Pensé que abogacía era algo que podía hacer y que tenía más a mano. Siempre quise perfeccionarme y capacitarme. Ahora estoy cursando notariado, me faltan cuatro materias y me recibo de Escribana”.
Al finalizar, señaló: “Hay que arriesgarse. El cerebro es un musculo que si se ejercita se mantiene joven. Hay mucha gente que se recibió a esta edad y más grande. Es cuestión de proponérselo”. Elonce.com