Por su parte, Lilian Almada, contó que "fue un trabajo en conjunto, porque estuvo muy charlado, a medida que Selva me iba contando lo que armaba, yo intentaba ponerles un rostro a los protagonistas". "Se trabajó en acuarela, entonces siempre estuvimos viendo que posibilidades había de modificarlos, si daba con el perfil de lo que el cuento narraba. Estuvimos en contacto permanentemente para que la ilustración no sea algo aparte del cuento, sino que forme parte".
"Tener en las manos hoy el libro, es emocionante, primero porque quedó un libro precioso, es un libro de diseño muy cuidado, y de una calidad muy linda" finalizó Lilian.