Paraná

Los enfermeros celebran su día: una vocación al servicio de los demás

En coincidencia con la festividad de Nuestra Señora de los Remedios, considerada patrona de la actividad, hoy se celebra el día del Enfermero. En Entre Ríos hay 5.000 personas que se dedican a la actividad.
Este 21 de noviembre se conmemora el Día de la Enfermería Argentina, en coincidencia con la festividad de Nuestra Señora de los Remedios, considerada patrona de la actividad.

Se trata de uno de los oficios o de las profesiones más requeridas, habida cuenta de una necesidad concreta. En Entre Ríos son aproximadamente 5.000 personas las que se dedican a esta labor, siguiendo una fuerte vocación de servicio. Si bien la cantidad se ha incrementado en los últimos años, aún falta mucho para suplir la demanda real. "En el país se estima que hay un enfermero cada 100.000 personas, cuando lo estipulado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) son cinco o seis enfermeros cada 10.000 habitantes", señaló Marisa Espíndola, jefa del Departamento de Enfermería del hospital San Martín, en Paraná.

Ella hace 33 años que se dedica a esta profesión, respondiendo a una necesidad de hacer algo que estuviera ligado al servicio. "Terminé la Secundaria y empecé con la docencia. Mi papá había fallecido hacía muy poco; lo habían atendido en el hospital San Martín y al ver esa dinámica de ayuda al paciente hizo que me inclinara por la enfermería. En ese momento también era una carrera muy demandada y el gobierno nacional impulsó un sistema becario para que la gente que tuviera el Secundario completo y vocación de servicio pudiera hacerla, como en mi caso".

"En esa época, el 2% de los que ejercían la enfermería tenían un título; el resto eran auxiliares y empíricos. Así que se precisaba personal con un nivel de formación. Se estudiaba en lo que era la Escuela Provincial de Enfermería, que dependía en ese momento de lo que era la Secretaría de Salud provincial", rememoró, y mencionó que obtuvo la licenciatura, que no se otorgaba entonces en Entre Ríos aún, viajando a Córdoba y Rosario: "Fui una de las primeras licenciadas en la provincia. Había un sistema diferencial para que quienes teníamos esa formación pudiésemos estudiar, a la par de una estrategia de las universidades para ofrecer esta posibilidad. Yo cursaba viernes y sábado todo el día, y de domingo a jueves trabajaba".

En cambio, en la actualidad se puede estudiar una carrera terciaria o universitaria en diferentes ciudades de Entre Ríos: en Paraná en la Universidad Autónoma de Entre Ríos y en la sede de la Cruz Roja Argentina; en Concepción del Uruguay, en la Universidad Nacional de Entre Ríos; y en Concordia y Gualeguay en la Cruz Roja. "Hoy hay una fuerte apuesta a la formación en enfermería en la provincia", destacó.

También señaló que en el hospital San Martín prestan servicio 374 enfermeros, de los cuales la mayoría son mujeres. "El Hospital toma enfermeros que egresan nivel universitario y terciario, y también fomentamos que se puedan licenciar los enfermeros que hace años están desarrollando sus tareas, propiciando la posibilidad trabajar y estudiar. Ya tenemos el 15% de los enfermeros licenciados", subrayó Espíndola.

La vocación es fundamental para dedicarse a la enfermería y en esto coinciden quienes se desempeñan en este ámbito. A diario tienen que lidiar con situaciones difíciles, en un contexto donde muchos pacientes luchan por su vida. Su cuidado y contención es primordial, y quienes están acompañándolos en todo momento son los enfermeros y las enfermeras, quienes son los que brindan con esmero la atención que se precisa. Además de suministrar una medicina, una inyección, o realizar las tareas de aseo, son quienes habitualmente proporcionan la sonrisa que reconforta al paciente o a su familia, u ofrecen una palabra de afecto y de aliento que infunde esperanzas a aquel que lucha por recuperarse.

Si bien a veces las condiciones laborales no son las óptimas ni suelen tener un remuneración que merecen, resaltan que el vínculo con los pacientes y con las familias es la mayor gratificación: "Además de la parte que es la netamente biológica, realizando aquellas cosas que la persona haría si tuviera la fuerza, la voluntad o el conocimiento para hacerlo, hay otras aristas: en una instancia en que el paciente está mal y su familia también, nuestro rol tiene que ver mucho con acompañar, con sostener, con estar pendientes. Cuando se va porque le dieron el alta, nos agradece, nos reconoce en la calle, nos considera como parte de su familia por este poco tiempo que ha estado en el hospital; también cuando alguien fallece en el Hospital y la familia nos reconoce por el acompañamiento que le podemos dar, es nuestra gran retribución", dijo Marisa Espíndola.

Cintia Muñoz, quien hace 20 años que es enfermera en el San Martín y se desempeña en el servicio de Cirugía General Quirúrgica, concordó:
"Estar en contacto con las personas es lo más lindo, hay muchos sentimientos y es muy especial para quien realmente lo hace por vocación y con el corazón", aseguró.

Por su parte, Gisela Ifrán, quien hace 24 años y medio es enfermera en la misma área, afirmó: "Me encanta esta profesión, me apasiona desde chiquita porque mis padres y mis hermanos son enfermeros. Me gusta ayudar a la gente. Hay que tener sentimiento, alma y vocación", concluyó. (Uno)
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