El evento, que tuvo lugar en una sala de conciertos de Riad reconvertida en un lujoso complejo de cines, fue promocionado por las autoridades sauditas como "la proyección de la primera película comercial en el reino después de más de 35 años".
A la ceremonia privada asistieron representantes estatales, diplomáticos y figuras del mundo del cine árabe e internacional de ambos sexos, pese a la separación de género que rige en los espacios públicos del país.
"Este es un momento histórico en la transformación de Arabia Saudita en una economía y sociedad más dinámica", declaró el ministro de Cultura e Información, Awwad Alawwad, antes de la exhibición.
Una opinión compartida por el director de cine saudita Abdullah al Aiaf, autor de la película "500 kilómetros", que relata las peripecias de un joven que viaja desde Riad al vecino Bahréin para poder ver la primera película de su vida.
"Siempre soñé que esa distancia fuera de 500 metros, y eso está ocurriendo hoy", manifestó Al Aiaf, según reprodujo la agencia de noticias EFE.
A partir de este viernes, las salas de cine volverán a abrir sus puertas en el reino, en el marco de las reformas sociales promovidas por Bin Salman desde su designación como heredero en junio pasado.
Entre estas destacan el acceso de las mujeres a las canchas de fútbol, el fin de la prohibición para que las mujeres conduzcan vehículos y la celebración de conciertos de música.
Las primeras entradas saldrán la venta mañana y tendrán un precio de 50 riales (13 dólares).
El reino tiene previsto inaugurar un mínimo de 40 cines en los próximos cinco años, una medida con la que proyecta recaudar más de 24.000 millones de dólares para la economía y crear más de 30.000 empleos para 2030.
Al igual que en otros países árabes, las películas estarán sujetas a la aprobación de censores del gobierno, que tolerarán las escenas de violencia, pero no las de desnudo, sexo o incluso, a veces, un simple beso.
Una censura que el experto de cine saudita Abdelaziz al Zamel consideró entendible porque cada país tiene su punto de vista respecto a la "clasificación" del contenido de las películas.
"La cultura de los pueblos cambia y madura con el paso del tiempo, y las leyes también cambian, aunque lo hagan lentamente", opinó.
En los últimos años, las restricciones en torno al cine se fueron flexibilizando en Arabia Saudita con la celebración de festivales de cine locales y proyecciones en teatros improvisados.
Asimismo, el acceso a plataformas de streaming, como Netflix, y a la televisión satelital por parte de los sauditas fue limitando los intentos de censura del gobierno.
Las salas de cine fueron cerradas en el reino en los años ochenta, como consecuencia del endurecimiento de las normas sociales y la reducción de las libertades individuales, la cultura, el ocio y todas las manifestaciones artísticas públicas.
